Pues verán, llevaba con ella desde los 10 años (actualmente tengo 22). Crecí con ella y la llegué a querer como a un familiar muy cercano. Poco a poco con forme pasaban los años, ella iba decayendo más y más a tal punto en el que era completamente ciega, podía oír muy poco, le costaba ladrar y caminar. Aún así, tan pronto olfateaba que yo ya estaba en casa, salía a recibirme tal y como siempre lo hizo en estos 12 años de estar juntos.
No fue hasta hace una semana, que ella empezó a botar gotas de sangre muy recurrente-mente, hasta que el día sábado decidí llevarla al veterinario ya que pensé que podría tener una infección que le estuviese causando eso. Bueno, para mi sorpresa, no solo tenía una infección sino que tenía tumores en toda la zona mamaria...
Ese mismo día, se le realizaron los exámenes correspondientes para determinar si era candidata a operación, lastimosamente los resultados me los darían al día siguiente, decidiendo así, si se operaba o si se le aplicaba la eutanasia. Después de escuchar los resultados de los exámenes, solo sentí que una parte de mi murió por dentro, pues resulta que también tenía los pulmones dañados, y las probabilidades de que sobreviviera la operación y/o el post-operatorio eran muy bajas, dándome así el doctor a entender que tenía que tomar la decisión que uno nunca se llega a imaginar mientras pasa hermosos momentos junto a su mascota, la eutanasia, ya que de otro modo ella iba a seguir sufriendo y corría el riesgo de que el dolor fuese intenso para ella en tan solo unos pocos días.(cosa que yo definitivamente no quería que pasara).
Después de hablarlo unos minutos con mi mamá, decidimos que era lo mejor para ella, así que con lagrimas en los ojos y un vacío enorme tomé la decisión y se lo dije al doctor.
No saben lo triste, extraño e irreal que se sentía el saber que ese mismo día en la mañana se levantó a pedir su comida favorita (la cual no pudo comer puesto que para la operación tenía que estar con el estomago vacío), luego fue a tomar al sol, la saqué a pasear un poco, y pese a que no tenía visión y le costaba caminar, igual disfrutó olfateando el césped y todo lo que había a su alrededor, sin imaginar que ese día, era su último día de vida.
De vuelta en el veterinario, nos despedimos de ella, pero de ahí viene la razón principal de que esté escribiendo esto ahorita mismo, no fue la despedida que ella merecía, ella merecía mucho más , ella solo estaba asustada y temblando y pesé a que yo la abrazaba, ella simplemente no sabía lo que pasaba, pude haberla llevado a comer su comida favorita, pude haberla dejado hecharse en mi cama como tanto le gustaba, pude haberle acariciado la barriga por horas, pero no...simplemente tomé la decisión en ese instante, por el medio de que sufriera si postergaba la eutanasia.
Igual no me puedo excusar a mi mismo, y este sentimiento de culpa y tristeza probablemente perdure por incluso años. Yo sé que el pasado es el pasado, y el "pude" se encuentra ahí, en el pasado, sin embargo simplemente es un pensamiento que no podré eliminar de mi cerebro. Ella podría estar ahorita mismo conmigo, pudo haber vivido unos días más, incluso semanas o hasta unos cuantos meses, ¿Por qué tomé esa decisión así ? no me entiendo...Esto lo escribo con lagrimas en los ojos con el fin de desahogarme un poco y ojalá, leer experiencias similares por parte de ustedes, cualquier cosa podría aliviarme un poco.
Gracias de antemano.