Un grupo de directivos españoles, liderados por Álex Andreu, profesional con 17 años de experiencia en la gestión de eventos deportivos, se ha lanzado a promover un nuevo campeonato de automovilismo alternativo a la Fórmula 1 que enfrentará a una veintena de equipos de la élite del fútbol mundial, al frente de monoplazas dotados de 750 caballos y motores V12.
Superleague Formula, una compañía que cuenta con el respaldo de la familia Rodés, accionista del gigante publicitario Havas, la familia Suqué, propietarios de Cavas Peralada, y Plácido Arango, echará a rodar el próximo 30 de agosto y durará hasta el 15 de noviembre, y consistirá en seis carreras que tendrán lugar en las principales capitales europeas. AC Milán, PSV Eindhoven, Olympiacos, FC Oporto, el Flamengo de Brasil, Borussia Dortmund, Anderlecht y el suizo FC Basel, han sido los ocho primeros clubes en adherirse al proyecto. Sus promotores esperan que otros equipos europeos, entre los que podrían estar Real Madrid, FC Barcelona y Valencia CF, así como latinoamericanos, asiáticos, de EEUU y de Oriente Medio.
Superleague Formula ha diseñado un plan de negocio que prevé una facturación de 34 millones de euros el primer año, y de 340 millones el quinto. El total de estos ingresos previstos se repartirá entre la propia Superleague Fórmula (un 40%), la escudería de cada coche (un máximo de dos por cada una de ellas), y los clubes de fútbol.
"Para los equipos es una forma de globalizar su imagen, además de una vía de ingresos extra para ellos, ya que no les pedimos ninguna inversión y les pagamos una cantidad fija más otra variable", matiza Andreu, quien, entre otros proyectos, fue responsable de la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992.
Los ingresos provendrán del patrocinio de los monoplazas (cada uno contará con un mínimo de seis, de los que, entre el 30 y el 50% serán los actuales de cada club), así como del propio evento (tres el primer año); de la recaudación del circuito; de los derechos de licencia y merchandising; y, por último, de la cesión de los derechos de retransmisión por televisión.
Fuente: http://www.expansion.com/edicion/exp/empresas/motor/es/desarrollo/1038030.html