Llevo escuchando a Dellafuente prácticamente desde que empezó a subir música a YouTube. Siempre he tenido la sensación de que como artista tenía mucho más que decir de lo que en un principio decía y, poco a poco, conforme iba abordando diferentes temáticas en sus letras y estilos musicales, lo iba confirmando. Cuando empezó a tomar una deriva algo más comercial no me desencantó, porque seguía viendo en él a la persona que había detrás del artista, que no se deja encorsetar, aunque a algunos pudiera parecerle que sí.
Creo que Taifa Yallah no es un simple paso más en su carrera, si no que es algo más. Para mi este proyecto refleja lo que siempre he visto en él: una persona normal, con inquietudes sobre la vida y la realidad, a la que le duelen tanto los problemas cotidianos como los más trascendentales, y que tiene la habilidad, la voluntad y la suerte de tener a su lado a personas que le ayudan a explorar y aprovechar musicalmente lo que piensa. Veo a una persona con sentimientos reales, que ama la música y expresarse a través de ella.
Un verdadero artista no se circunscribe a tal o cual estilo musical, si no que tiene un estilo propio que despliega de mil maneras. Por eso, cada vez que Dellafuente hace algo, parece que ha inventado o reinventado un estilo. Y lo ha hecho, lo hace y parece que va a seguir haciéndolo, porque es de esos artistas que crean cada vez que hacen algo y no de los que se limitan a repetir fórmulas que ya han inventado otros.
Ya lo dijo hace tiempo: música folklórica atemporal. Eso es lo que hace y espero que lo siga haciendo por muchos años.