LEÍ UNA VEZ UN CUENTO EN EL QUE ALGUIEN
PREGUNTABA A UN GRUPO DE PERSONAS
CUÁNTAS DE ELLAS QUERÍAN LA LIBERTAD.
Todas levantaron la mano, creo que había
alrededor de 300. Entonces la persona dijo:
Bien, ¿cuántas de ustedes están dispuestas a
matar a todo aquél que se interponga en
vuestro camino hacia la libertad?
Unas 50 levantaron sus manos y él dijo a
esas 50 personas:
Ustedes quisieron la libertad y dijeron que
matarían a todo aquel que se inerpusiera en
vuestro camino.
¿Ven esos 250? Primero los liquidan a ellos,
temen hacer lo que sea necesario para
alcanzar la libertad y les impedirán a ustedes
que lo hagan, desháganse de ellos y la libertad
vendrá naturalmente.
Estoy con éso, éso es lo que los Mau-Mau
aprendieron. Los Mau-Mau se dieron cuenta
que lo único que se interponía en el camino de
la independencia del africano en Kenya, era
otro africano
Éso es lo mismo que ocurrirá aquí. Tenemos
demasiadas de nuestras proprias gentes que
se interponen en el camino. Son demasiado
escrupulosas. No quieren que los califiquen
como extremistas, o violentos, o irresponsables,
¡sólo buscan su buena imagen!
Y nadie que busque una buena imagen será
libre jamás.
Ustedes tienen que tener una cosa en vuestras
manos y decir: miren, o ustedes o yo. Y les
garantizo que entoncés les dará la libertad.
Dirá: "Esta gente está dispuesta a ello".
Les repito: una cosa en vuestras manos. No
definiré que quiero decir con una cosa en
vuestras manos: y no quiero decir un plátano