El padre de discazos como Amarok, Hergest Ridge o el predecesor de este álbum, Ommadawn, vuelve con un nuevo disco compuesto íntegramente por él, donde toca todo instrumento a la vieja usanza (con ayuda que algún que otro sampler).
Todo comenzó cuando en Facebook preguntó:
"Una idea que he tenido... ¿Qué tal una precuela o secuela de Ommadawn? ¿Alguna idea?"
De ahí, la fanbase del grupo privado que tienen directamente con él, aclamó la idea y todo ha ido poco a poco rodando, desde octubre de 2015.
"He empezado con un metrónomo, dos bodhran y un Solina, un teclado de cuerdas de los años 70. ¡Y debo reconocer que hacía 35 años que no me lo pasaba tan bien!"
Así pues, dejando de lado la electrónica a la que se subió tras pasar por épocas bastantes complicadas a nivel personal y tras la reciente muerte de su hijo, Oldfield, que estuvo casi 8 años sin tocar la guitarra debido a un "retiro necesario", vuelve a lo que le hizo famoso: hacerlo todo él y de la manera más clásica posible. Cierto es que tira del ordenador muchas veces, pero en general el disco cuenta con instrumentos que son tocados única y exclusivamente por Oldfield, como: un metrónomo analógico, el bodhran, bajo, guitarra acústica, guitarra española, glockenspiel, pandereta, platillos, una mandolina Ovation... y un largo etcétera que llega hasta más de 20 en su lista.
Un servidor ya lo ha escuchado y tiene sensaciones encontradas en algún que otro punto de las dos únicas partes que lo componen (de algo más de 20 minutos cada una), pero es innegable que es de lo mejor de Mike Oldfield de aquí a hace muchos años. Una primera parte con una rompedora parte final y una segunda que, personalmente, me ha parecido preciosa. Una buena escucha es merecida, no os arrepentiréis si os gustan los discos instrumentales.
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