El núcleo duro del 11-M
Finalmente, la cuarta trama. Dos semanas después del atentado (en torno al 26 de marzo) se identificó y localizó a los primeros miembros del núcleo duro del 11-M, que estaba articulado en torno al "piso franco" que los hermanos Almallah poseían en la C/ Virgen del Coro de Madrid. Este núcleo duro, como luego pusieron de manifiesto las investigaciones judiciales, estaba formado por Moutaz Almallah, Mouhannad Almallah (el presunto terrorista afiliado al PSOE) y varios otras personas, casi todas de origen sirio, muchas de ellas nacionalizadas españolas, muchas de ellas casadas con españolas. Como enlace de este grupo con el de los suicidas de Leganés aparece El Tunecino. Fue este grupo el encargado de tender la primera cortina de humo que condujera a detenciones el 13-M, fue este grupo el encargado de alquilar a los suicidas de Leganés la casa de Morata de Tajuña y es también este grupo el que aparece vinculado a algunas personas pertenecientes a la trama española de Al Qaeda.
Si este núcleo duro del comando hubiera sido desarticulado en el momento en que se identificó a sus principales miembros (en torno al 26 de marzo) es posible que hubiera podido evitarse la explosión de Leganés. Sin embargo, la explosión de Leganés hizo que desaparecieran los componentes de la trama mercenaria y alguno de los miembros del núcleo duro del comando (El Tunecino y Lamari), con lo que se perdieron datos fundamentales para el esclarecimiento de los hechos. De todos modos, nadie acomete una operación como la del 11-M sin dejar cabos sueltos y es en tirar de esos cabos donde se han centrado las investigaciones judiciales, como tendremos ocasión de comentar.
Es mucho lo que queda por investigar y es de esperar que pasen todavía meses antes de que empecemos a vislumbrar una solución a los numerosos enigmas. Pero ya sabemos al menos un dato fundamental: la presencia de mercenarios indica, sin posibilidad de duda, que el 11-M fue un crimen de encargo. ¿Quién dio la orden de contratar a los mercenarios que luego morirían en Leganés? No lo sabemos, pero por lo menos somos conscientes de que lo que debemos buscar no es únicamente a los subalternos que colocaron las mochilas, sino a quienes les encargaron que las colocaran.