Os dejo a continuación un interesante texto de Richard Stallman que habla sobre el actual problema de la "pirateria" y las descargas "ilegales".
Os aviso que el texto es bastante extenso, he realizado a petición un pequeño RPV, no es muy detallado pero da una idea "algo por encima" del texto, sigo recomendado encarecidamente la lectura completa del texto ya que no tiene desperdicio alguno.
Cuando la compañías discográficas montan un número sobre el peligro de la piratería, no están hablando de grandes pérdidas en las ventas. De lo que se quejan es de compartir copias de música, una actividad en la que miles de personas participan con espíritu de cooperación. El término "piratería" es usado por las compañías discográficas para demonizar que se comparta y se coopere por equipararles a ellos con el secuestro, asesinado y robo.
El copyright fue fijado por la prensa escrita copiando un problema de la producción en masa, normalmente hecha comercialmente. El copyright era aceptable en ese contexto tecnológico porque funcionaba como una regulación de la industria, no restringiendo a los lectores y (posteriormente) a los que escuchan música.
En los noventas, la compañías discográficas comenzaron a vender música producida para las masas. Esos discos facilitaron el disfrute de la música, y no hicieron nada por interferir mientras se escuchaba la música. El copyright en esos discos de música no eran casi nada controvertido ya que sólo se limitaba a compañías de discos y no a los oyentes.
La tecnología actual le permite a cualquiera hacer y compartir copias. La compañías de discos están buscando la forma de usar las leyes del copyright para impedirnos usar ese avance tecnológico. Las ley que era aceptable cuando estaba limitada solo a editores es ahora una injusticia porque prohibe cooperación entre ciudadanos.
Detener en las personas su afán por compartir va contra la naturaleza humana, y la propaganda Orwelliana que dice que "compartir es robar" normalmente cae en oídos sordos. Parece que la única forma de que la gente deje de compartir es con una dura Guerra a las Descargas. Por lo que las compañías discográficas, a través de sus brazos legales como la RIAA, demanda a adolescentes por cientos de miles de dólares por compartir. Mientras tanto, conspiraciones corporativas para restringir el acceso público a la tecnología han desarrollado sistemas de DRM (Digital Restriction Managment), diseñados para encadenar a los usuarios y hacer la copia imposible. Los ejemplos incluyen a iTunes y también a los DVD y discos Blueray (sic). (Ver defectiveByDesign.org para mas información). Aunque esas conspiraciones operan con las restricciones de la industria, los gobiernos fallan sistemáticamente a la hora de perseguirlas.
Se continúa compartiendo a pesar de esas medidas, el impulso humano para cooperar es fuerte. Es más, las compañias discográficas y otros editores demandan medidas aún mas duras para castigar a los que comparten. Los EEUU aprobaron una ley en Octubre de 2008 para impedir que los ordenadores fueron usados para compartir cosas prohibidas. La Unión Europa está considerando una directiva que corta el servicio de Internet a las personas que hayan sido acusadas (no declarados culpables) de compartir, ver laquadrature.net si necesitáis ayuda con esto. Nueva Zelanda ya adoptó esta ley en 2008.
En una reciente conferencia cinematográfica oí una proposición sobre requerir a las personas que demostraran su identidad para poder acceder a Internet, dicha monitorización también ayudaría a aplastar el disentimiento y la democracia. China ha anunciado una norma parecida para los cybercafés, ¿será la UE la siguiente? Un parlamentario del Reino Unido propuso llevar a prisión a diez personas por compartir. Esto no ha sido aceptado... aún. Mientras tanto, en Méjico, los niños están siendo invitados a delatar a sus padres, al estilo soviético, por copias no autorizadas. Parece que no hay límite a la crueldad de la industria del copyright en su Guerra a las Descargas.
El argumento principal para prohibir que se comparta es que causa pérdidas de empleos. Esto claramente son puras suposiciones. Pero incluso aunque fuera verdad, no justificaría la Guerra a las Descargas. ¿Debería la gente dejar de limpiar sus propias casas para evitar la "pérdida" de empleados del hogar? ¿Prohibir a la gente cocinar ellos mismos, o prohibir compartir recetas, para evitar la "pérdida" de puestos de trabajo en los restaurantes? Esos argumentos son absurdos porque la "cura" es mucho mas dañina que la "enfermedad".
Las compañías aseguran también que compartir le quita dinero a los músicos. Esta es la clase de media-verdad que es peor que una mentira - excepto por que el nivel de verdad en ella es mucho menos que la mitad.
Incluso si aceptamos su suposición de que habrías comprado la misma música -normalmente falso, pero en ocasiones verdad - solamente si el músico es una superestrella consolidada verá algo del dinero de tu compra. Las compañías de disco intimidan a los músicos al comienzo de sus carreras con contratos que los explotan durante 5 o 7 discos. Casi no se escucha que un disco que se publique bajo esos términos venda suficientes copias como para que el músico vea un centavo de las ventas. Para más detalles ver archive.salon.com/tech/feature/2000/06/14/love/print.html. Superestrellas consolidadas aparte, compartir sólo reduce la cantidad de dinero que las compañías usan para demandar a los amantes de la música.
Y para los pocos músicos cuyos contratos no los explotan, las superestrellas consolidadas, no le es un especial problema a la sociedad o a la música que sean un poco menos ricas. No hay justificación para la Guerra a las Descargas. Nosotros, el público, debemos ponerle un fin.
Algunos argumentan que las compañías discográficas nunca conseguirán tener éxito intentando que la gente deje de compartir, que no se puede hacer. Dada la asimetría en las fuerzas del lobby de la industria discográfica y los amantes de la música, desconfío de las predicciones sobre quién ganará es esta guerra; en cualquier caso, desestimar al enemigo es una locura. Debemos asumir que cualquier lado puede ganar y el resultado depende de nosotros.
Además, incluso si las compañías nunca consiguen aplastar la cooperación humana, causas mucho sufrimiento sólo intentándolo, e intentan causar mar. En vez de dejarles continuar la Guerra a las Descargas hasta que admitan que es inútil, debemos detenerles lo antes posible. Debemos legalizar compartir.
Algunos dicen que la sociedad en red no usará más a la compañías discográficas. No apoyo esta postura. Nunca pagaré por una descarga de música hasta el día que pueda hacerlo de forma anónima, así que quiero poder comprar CDs anónimamente en una tienda de discos. No deseo la eliminación de las compañías de discos en general, pero no renunciaré a mi libertar para que ellos sigan.
El propósito del copyright - en grabaciones musicales, o cualquier otra cosa - es simple: alentar la escritura y el arte. Esa es una meta atractiva, pero hay límites sobre lo que eso puede justificar. Impedir que la gente comparta sin ánimo de lucro es demasiado. Se queremos promover la música en la era de las redes de ordenadores, debemos elegir métodos que se ajusten a lo que queremos hacer con la música, y eso incluye compartila.
Aquí hay varias sugerencias sobre lo que podemos hacer:
- Fans de algún tipo de música pueden organizar club de fans que apoyarían a la gente que le gusta esa música.
- Podemos incrementar los fondos para los programas existentes del gobierno que subvencionan la acutación musical.
- Los artistas pueden financiar trabajos caros a través de una suscipción, devolviéndose el dinero si el trabajo no se hace,
- Muchos músicos consiguen más dinero del merchandising que de los discos. Si se sumergen en un sistema basado en el merchandising, no tienen ninguna razón para impedir la copia, todo lo contrario.
- Podemos apoyar a músicos con fondod públicos distrubidos directamente en proporción a la raiz cúbica de su popularidad. Usando la raiz cúbica significa que si una superestrella A es 1000 veces más popular que el artista con talento B, A obtendrá 10 veces más de los fondos que B. Este forma de dividir el dinero es una buena forma de promocionar una amplia variedad de música.
La ley debería asegurar que las compañías discográficas no puedan confiscar esas tazas a los artistas, ya que la experiencia demuestra que lo harían.
Los fondos podrían venir de una cuenta común, o de un impuesto especial o algo vagamente relacionado con escuchar música, comos discos vírgenes o conexión a internet. Cualquiera de las dos formas funcionaría.
- Apoyar a los artistas con pagos voluntarios. Esto ya esta funcionando muy bien para algunos artistas, incluyendo a Radiohead y Nine Inch Nails y Jane Syberry (sheeba.ca), incluso usando sistemas convencionales que requieren que el comprador use una tarjeta de crédito.
Si algún amante de la música pudiera pagar fácilmente con dinero digital, si cada reproductor de música tuviera un botón que pudieras pulsar para enviarle un euro al artista que hizo la canción que acabas de escuchar, ¿no lo pulsarías de vez en cuando, quizás una vez por semana?. Sólo los pobres y los muy tacaños se negarían.
Quizás tengas otras buenas ideas. Apoyemos a los músicos, y legalicemos compartir. [/i]
Richard Stallman, padre de GNU, realiza una larga reflexión por la cual explica las cuestiones actuales existentes sobre el fenómeno llamado "pirateria". Hace una pequeña cuña inicialmente explicando qué es el copyright y cómo al comienzo sólo se aplicaba como ley entre empresas y como ahora, actualmente, se está aplicando dicho copyright a los clientes, algo que no debería ser.
Realiza unas reflexiones sobre el fenómeno "pirateria" comentando que compartir no es nada negativo y que de hecho debería ser algo libre. También comenta el esfuerzo que está haciendo el lobby por seguir exprimiendo su gallina de los huevos de oro sin intentar aceptar que las nuevas tecnologías están aquí y que deberían cambiar su modelo de negocio.
Al final, da una serie de soluciones para intentar que el artista pueda beneficiarse de su trabajo realizado.
Fuente: Menéame
Editado: Mis disculpas por no poner categoría, se me ha olvidado y ahora no puedo hacerlo.