Arquitectura de tradición esotérica
Para celebrar mi post 5000, he querido aprovecharlo y ofrecer algo de luz y conocimiento sobre un tema que considero de bastante interés general, y sobre el que llevo leyendo e investigando desde hace tiempo por puro hobby. Dedico este thread especialmente a aquellos que estén interesados en la masonería.
Desde los principios de la civilización, solo algunas personas que han dedicado su vida entera a la cábala, las matemáticas y la arquitectura han creído encontrar una relación entre lo terrestre y lo divino, un lazo común, como un portal o intercomunicador, el cual debe ser construido de una manera muy concreta con unas medidas extremadamente exactas. Estamos hablando de la ciencia secreta, de la arquitectura sagrada, y según dicha tradición, de los números con los que Dios construyó el universo.
El diseño esencial del arquitecto esotérico comienza por la orientación, ritual que establece la relación entre el orden cósmico y el orden terrestre, lo divino y lo humano. El término “templo” proviene del latín “templum”, que define el sector del cielo que el augur o sacerdote romano delimitaba con ayuda de su báculo, y donde observaba fenómenos cotidianos como el vuelo de los pájaros, o el de las estrellas fugaces en la noche. De ahí que el término “templo” sea usado para designar el lugar donde se estudiaba el cielo, como un observatorio astronómico.
El Templo de Salomón
La tienda Santa
Un milenio antes de Cristo, fue el sacro lugar predecesor del primer templo de Salomón, descrito en el libro del Éxodo (36, 8-38). La tienda interior estaba formada por veinte tablones de acacia, revestidos con lienzos de lino, con un espacio interior dividido en dos estancias separadas por una cortina. El espacio del “Sancta Sanctorum” era de forma cúbica, ya que los antiguos veían en esta forma la imagen del cielo, y en su interior la oscuridad era total, porque desde tiempos anteriores a Abraham se tenía la creencia de que Dios habitaba en la oscuridad. Era en esta estancia donde se guardaba el Arca de la Alianza con las tablas de la ley que bajó Moisés del monte Sinaí.
En la estancia interior occidental de la tienda se hallaban el altar del incienso o de los perfumes, la mesa de los panes de la proposición y el candelabro de los siete brazos; la idea de este último debía tener su origen en el mundo religioso de la mitología mesopotámica como una referencia al árbol universal o árbol de la vida. Todo esto podría haber sido el utillaje litúrgico habitual de la tienda, que era portátil, al igual que lo fueron algunos santuarios cananeos.
Dicha tienda estaba revestida de plata, y se hallaba en el interior de un patio rectangular compuesto por sesenta columnas, conectadas por cortinas de lino.
En la parte occidental del patio, se hallaba el altar de los holocaustos, que era una caja de madera de acacia recubierta de cobre y adornada con cuernos, que aludían a lo divino.
La construcción de un gran templo
Salomón quiso construir (allá por el 960 a.c.) un templo en Jerusalén para sustituir el Tabernáculo que durante siglos, desde el Éxodo, se venía utilizando como lugar de reunión y de culto a Dios y que fuese totalmente distinto a todo lo realizado hasta el momento. Para ello, contó con la ayuda del Rey Hiram de Tiro. La historia de Hiram está enraizada en el contexto del antiguo testamento. Figura en dos libros, I reyes y II Crónicas. Según el libro I reyes V, 1-6:
Hiram, rey de Tiro, envió una embajada a Salomón, habiéndose enterado de que le habian ungido rey en sucesión a su padre y porque Hiram siempre había sido amigo de David. Y Salomón le envió este mensaje a Hiram:”…Yo, por lo tanto, planeo construir un templo… de modo que haz que corten cedros del Líbano por mi…”
Tira Hiram
El arquitecto ejecutor de la obra del templo se hacía llamar “Adoniram”, aunque los historiadores mas expertos consideran que es el propio Hiram si se observa que Adonai se traduce como Señor en antiguo Hebreo, componiéndose y dando como resultado “Señor Hiram”. Un estudio mas detallado de esta parte concluye con la certeza de que el padre del rey Hiram fue “el arquitecto tras el arquitecto” en la construcción del templo, en lo referente a la aparición cruzada de Adoniram (Señor) y de Hiram Abiff (Padre).
Se dice que la leva de la mano de obra estuvo a su cargo, y que a su finalización, el monarca israelita desea rematar la obra con dos grandes columnas de bronce, ya que conocía de la maestría heredada de Hiram por su padre, el cual era tirio (trabajador del bronce). Además, esta familia poseía una vinculación de sangre con la casa real de la Tiro Fenicia, y se trataría de un maestro versado en los secretos de la arquitectura: Los secretos del número, la forma, la medida y su aplicación práctica a través de la geometría. Existen referencias arquitectónicas que relacionan directamente al templo de Salomón con los templos construidos por los fenicios en honor a la diosa Astarloa, Reina del Cielo y Estrella del Mar, la cual sufrió un forzado cambio de sexo por la iglesia cristiana, convirtiéndola en el demonio Astarot.
Astarloa era adorada en sitios elevados, como cimas y montañas, y se da la circunstancia de que Salomón era adorador suyo, tal como refleja en I reyes XI, 4-5:
“…Cuando Salomón envejeció, sus esposas inclinaron su corazón hacia otros dioses; Y su corazón no estaba totalmente con Yavé su Dios como lo había estado el de su padre David. Salomón se convirtió en seguidor de Astarlé, la diosa de los sidonianos…”
Lo que hace pensar si realmente fue construido el templo en honor al Dios de los israelíes o en el de Astarloa. No obstante, Hiram es traído por Salomón hasta Jerusalén para construir dicho templo, en una obra de proporciones considerables, con una mano de obra proporcional a semejante obra.
En el ritual y la tradición masónica se habla de “albañiles libres”, presumiblemente profesionales tirios “autónomos” a los que se paga por su trabajo, y están organizados en tres clases o categorías: aprendices, pares y maestros.
Dado que el número de trabajadores es tan elevado, Hiram no puede conocerles a todos en persona, de forma que cada clase o categoría recibe su propia palabra; A los aprendices se les llama “Boaz”, por el primero de los dos pilares o columnas que soportan el porche del templo. A los pares se les llama “Jachin”, por el segundo pilar o columna. Los maestros reciben inicialmente, el nombre “Jehová”. Cada una de estas palabras está acompañada de un signo particular de las manos, y un “asimiento” especial, o apretón de manos. Cuando se reparten los jornales, cada trabajador se presenta ante Hiram, pronuncia la palabra asignada, firma y estrecha la mano de acuerdo con su rango antes de recibir el pago adecuado.
El templo fue construido con orientación Este-Oeste, con una longitud interna de 60 codos y una cámara rectangular de 20 codos de ancho por 20 codos de alto.
El asesinato del maestro arquitecto
Según la tradición esotérica de la masonería, el relato varía entre distintas versiones, pero se asemejan todas bastante en ciertos aspectos:
Hiram Abiff (padre de Adoniram) se encontraba solo en el templo, cuando tres aprendices rasos o peones abordan al arquitecto y le obligan a que les revele secretos de grado superior, así como las claves para recibir el pago de un maestro. Hiram se niega, y trata de huir por la puerta Norte, donde es golpeado con una maza o martillo; intenta huir por la puerta del oeste, dejando un reguero de sangre en su camino, y es golpeado esta vez con una escuadra en la sien. En un último intento, recorre sus últimos pasos hasta la puerta de Oriente, donde es rematado con una plomada en la otra sien, y donde finalmente fallece.
Los tres peones, son conscientes de lo que acaban de hacer, y tratan de ocultar su crimen escondiendo el cuerpo del maestro en la ladera de un monte cercano, bajo tierra suelta. El retoño de una acacia es arrancado de un grupo cercano y arrojado a la tumba para que parezca que la tierra no ha sido removida, pero siete días mas tarde, cuando nueve de los maestros subalternos de Hiram están buscándole, uno de ellos que trepa por la ladera se agarra con fuerza al retoño de la acacia y lo arranca de la tierra, lo que lleva por casualidad, al descubrimiento del hombre asesinado. Al comprender lo que habia sucedido, y temiendo que Hiram hubiese revelado la palabra clave del maestro, deciden cambiarla en ese mismo momento, pensando en lo primero que se les ocurriese o que dijesen involuntariamente al tocarle. Al tirar del cadáver para sacarlo, se rompió parcialmente, debido al estado de descomposición, y hubo un grito común, “¡Macbenae!” o lo que se podría interpretar como “cuerpo muerto”. Posteriormente, el arquitecto Hiram fue enterrado en las proximidades del templo con una gran ceremonia, usando mandiles y guantes blancos para mostrar que ninguno de ellos manchó sus manos con la sangre del sumo maestro.
Dicho de propia voz de estudiadores y maestros masones, esta versión, como la de la Biblia, fue deliberadamente distorsionada para ocultar que fuese el propio Salomón quien mandó sacrificar a Hiram, dentro de un ritual arcaico que ya posee precedentes en el antiguo testamento, como el de Isaac o Abraham. No era infrecuente consagrar un gran edificio con un cadáver sagrado, como un niño, una virgen, un rey, una sacerdotisa (o sacerdote) o un constructor, y al parecer, Hiram Abiff reunía varias de estas condiciones.
Es de destacar, que el símbolo de las tibias cruzadas con la calavera, proviene de la forma simbólica en la que fue enterrado Hiram Abiff, y que forma parte de la iconografía o del simbolismo masónico, y existe cierta teoría sobre la adopción de este símbolo por los piratas ingleses, debido a alguna carta de navegación templaria que cayese en sus manos, y describiese con este símbolo la tumba de algún maestre del temple en alguna isla o costa, y la tomasen sin saberlo, como referencia o bandera de su base secreta.