Ayuda. Seducción latina en mi piso

Ecce el desenlace final de mi particular vivencia festiva:

Luego de haber publicado este post en MediaVida, mi amigo y yo estábamos pendientes y al tanto de la lluvia de buenos consejos que nos estabais ofreciendo por aquellos instantes. Creímos muy acertado que debíamos modificar nuestra "geopolítica" actual para conquistar aquellos dulces corazones latinos. Repentinamente Maná se deshechó de nuestra playlist para, en una brillante lucidez última de cuñadismo extremo pinchar Corazón Latino del picarón español David Bisbal. Y esperamos. Esperamos mientras sonaban las complacientes notas musicales de la líbido Bisbaliana.

En efecto, funcionó.

Comenzamos a charlar agradable y simpáticamente con ellas en el salón de mi humilde morada estudiantil. No éramos tan imbéciles como os podías haber pensado en un principio. Así que, por lo menos, les empezamos a pagafantear alcohol; pues sabíamos que, aunque nos arriesgábamos, podría tratarse de una de las mejores inversiones sexuales de nuestra pequeña existencia. Efectivamente, las embriagamos y ya en un marco situacional más romanticón acordamos mirar la última peli de Harry Potter.

He aquí lo verdaderamente extravagante.

No habrían ni pasado 10 minutos de largometraje cuando ellas, -pensaría que incluso por cuestión de magia-, se abalanzaron cual depredador lo hace sobre su presa. Solo que en este caso las víctimas éramos nosotros. Parecían como poseídas. No sé si Daniel Radcliffe las había enloquecido o yo que sé. Lo único que sabía es que en aquel entonces tenía a una desmpampanante hembra latina tocándome los bajos. Cachonda. Muy cachonda. Mientras tanto, me coaccionaba para "sacar la varita mágica". Lo mismo le decía la otra a mi colega. Nos sacamos la chorra mágica y joder. JODER. Fue lo peor de mi vida. ¿Por qué? Inesperadamente nuestros miembros sexuales no reaccionaban, (no nos lo podíamos creer. Pero si siempre habíamos sido los mas jodidos putos guarros del barrio), los hijos de puta estaban incluso más alcoholizados que nosotros (hago referencia a nuestros miembros viriles, claro). Tanto es así que estaban jodidamente inconscientes y no parecían tener voluntad por y para revivir. Sin embargo y en contra de todo pronóstico favorable a pro de aquella decadente circunstancia, ellas afirmaron vehementemente que no había problema. Que ellas tenían el recurso curativo a nuestro particular contratiempo. Se acercaron a nuestras zonas y formularon un mágico conjuro "wingardium leviosa" pude oir como pronunciaban susurrante y lentamente dicha palabra a nuestros penes. Joder, ¡joder! y vaya si se nos levantó. Creo, de hecho, que nunca mi pene había alcanzado unas amplitudes tan suntuosas. Empezaron a regalarnos placer hasta que se detuvieron para iniciar el coito en sí. Fue en ese preciso instante cuando conjuraron un "expecto patronum" que nos vistió con un buen preservativo. Luego de ahí fue la mejor experiencia de mi trayectoria vital hasta que, cuando iba a terminar con todo y, deciéndome subir al carro de la magia sexual, resolví la situación a través de un jaque mate final en forma de "abracadabra". El mejor finisher-ultimate de mi vida. GG & WP latinas.

Pienso que para cerrar este hilo sería pertinentemente grato hacerlo bajo un bonito verso latino del memorable Pablo Neruda, porque, sinceramente, después de haber vivido lo que hemos vivido mi amigo y yo: "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos." - 20 Poemas de amor y una canción desesperada.