Un año después de que Azerbaiyán conquistara el enclave armenio de Nagorno-Karabaj, las autoridades de Bakú están ocupadas borrando todo rastro del pasado armenio y cristiano de la región. No se permite la entrada a periodistas, pero nuestros colegas de France 2 han analizado videos publicados en Internet que revelan el cambio de rostro de Nagorno-Karabaj.
Aquí no hay genocidios, ni odio, ni muestras de solidaridad.
Menudo cáncer la religión que no se acaba de adaptar.
Tema extremadamente complejo, como con la mayoría de disputas territoriales del mundo. Mi lectura es como la misma que la de la fábula de la carretilla:
Cuando tienes que hacer ruido simulando llevar algo, red flag. Lo aplico a los azerís destruyendo simbología y haciendo propaganda trucha y evidente.