Este debate está cargado de matices que hay que precisar antes de lanzarse al tajo. Lo primero es: ¿qué entendemos por trabajo duro? Para mi padre, trabajo duro es el que implique estar sentado en una oficina. Para mí, trabajo duro es poner ladrillos. Una vez entendemos que la temática, dependiendo de la persona, define la dureza del trabajo, habría que pasar a la "intensidad" y la "vocación". Por intensidad, nos podríamos centrar en el número de horas que una persona desarrolla un trabajo. Y no solo me refiero a horas formales de salario, también a todas esas en las que estudias ese área, hobbies relacionados con el mismo, etc. Por vocación, me refiero a cuánto nos gusta el trabajo, sin confundirnos con la temática y nuestra afinidad a la misma, para desarrollar una labor lo más "perfecta" posible. Es decir, hay gente chapucera y gente perfeccionista.
En resumen, un trabajo duro está definido por temática o afinidad, por intensidad y por vocación.
Trabajo Duro = T + I + V
- Si no nos gusta la temática, echamos muchas horas y no hay vocación por ser perfeccionista, el trabajo es de dureza máxima
- Si nos gusta la temática, echamos muchas horas y no hay vocación, el trabajo será duro y no evolucionaremos
- Si nos gusta la temática, echamos muchas horas y hay vocación, el trabajo será duro, pero el progreso nos puede llevar a implicarnos y cogerle el gusto
Y así podríamos seguir desarrollando la fórmula, cambiando las variables.
La cuestión es: para gente que tiene vocación y afinidad por la temática, las horas no le cambian el resultado. Es decir, si te gusta programar, y tienes vocación por la programación, puedes echar 8 horas, luego 4 en casa y estarás encantado con la vida. Eso mismo le puede pasar a cualquier profesional que le guste su trabajo.
También hay gente que le gusta (tiene afinidad) por un sector, pero luego son unos chapuceros (no son perfeccionistas con el trabajo que realizan). Creo que son los que más abundan. Están más o menos contentos, porque aquí sí que influyen las horas y las condiciones, pero no evolucionan en su puesto y tienden a la queja porque se estancan.
Así pues, en conclusión, ¿trabajar duro ayuda a mejorar? Depende de qué variables barajemos. Si no tenemos vocación ni afinidad por el trabajo, por muchas horas que echemos, no vamos a tener el interés suficiente para ser eficaces.
Al margen de las variables "personales", hay otras externas: otras personas que nos ayuden a progresar (o que nos hagan de tapón). En este caso, dependiendo de la persona, toda la fórmula T+I+V se va a la basura. El factor externo es de los más importantes. Así que quedaría:
Eficacia del Trabajo Duro = ( T + I + V ) / Personas que nos influyen
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