Irónicamente, son los más nacionalistas los que más desprecian la lengua que dicen amar. La utilizan como arma política, y al final, consiguen, lo que han logrado en el país vasco, rechazo.
Todo el mundo estudia la primaria en euskera, el bachillerato no llega a 40-50%, y en la universidad se las ven y se las desean para llenar las aulas de euskera. A medida que la gente va teniendo claro si le va a servir para conseguir un empleo (en las oposiciones vale más que un doctorado cum laude, unas 9 veces más), la gente lo va dejando de lado, se le va olvidando, etc. Logran así la mayor masa de hablantes pasivos, que conocen, pero que no hablan. Se convierte en un utensilio más, en lugar de ser parte de la cultura. "Lo estudio porque me da 14 puntos en las oposiciones".
Y es que no se dan cuenta pero un idioma que se podría utilizar algo, al que se le pudiera tener incluso cariño, por ser parte de una cultura propia, acaba siendo aborrecido.
En galicia no va a ocurrir lo mismo, porque el gallego ya está implantado, pero no deja de ser curioso que tengan los mismos paletos nazi-onalistas que hemos sufrido en otras partes del pais. Y es que el nacionalismo está de moda. El mundo va hacia los megapaíses, a la unión, y grupúsculos de paletos cerrados tiran en la otra dirección.
Al euskera le quedan 2 telediarios. Por mucho que a base de meterlo por el culo logréis que alguien lo aprenda, e incluso lo use, con mucha comida de coco. Cada día los puestos de trabajo se vuelven más internacionales, aprendemos inglés como si fuera el fin del mundo, y la probabilidad de que alguien que nace hoy acabe trabajando fuera etapas largas de su vida es absurdamente grande. Europa va a ser un país, y el euskera no va a ser su lengua. Vamos a acabar mudándonos de ciudad cada 5 años, como los americanos. Hoy ya es raro que alguien que ha estudiado tenga más de 4 años en cada empresa. Al español le salva Sudamérica.