Este es bajo mi punto de vista, uno de los temas mas graves acontecidos en nuestra democracia, y voy a intentar explicarlo de la forma mas simple y clara posible.
JAG en el Caso Malaya
Todos recordamos el caso mas famoso de corrupción municipal de nuestro país en cuanto escuchamos su nombre, y sobre todo ahora que ha comenzado el juicio, y en él precisamente, es donde las defensas de los acusados van a intentar por todos los medios inhibirse del mismo alegando todo tipo de argumentos que invaliden dicho proceso.
Lo curioso es que en ese juicio oral, Antonio Urdiales (abogado de Rafael Gómez "Sandokán" ) haga mención a unas siglas definidas como J.A.G., en referencia a alguien muy importante en la famosa agenda de Juan Antonio Roca. Hay que aclarar que J.A.G. habría cobrado de J.A. Roca 200.000 euros en conceptos de soborno a cambio de facilitar información privilegiada por el caso Malaya, y que J.A.G. es el único nombre de la lista al que no se le han realizado escuchas telefónicas ni se ha investigado.
Pues bien, en dicho juicio hace pocos días, en la quinta sesión del juicio el letrado Antonio Urdiales relacionó las siglas J.A.G. con el comisario general de la policía judicial Juan Antonio González, y se produce todo un escándalo de considerable gravedad que salpica directamente al gobierno de España. Vamos a repasar los hechos:
El supercomisario J.A.G.
Juan Antonio González tuvo un comienzo oscuro, si partimos de su ingreso en el cuerpo de policía nacional en 1972 dentro de una conocida camarilla de mano dura afín al régimen, encabezada por Antonio Gil Rubiales. Ya siendo inspector de policía en 1981, se vio involucrado en el caso de José Arregui, un etarra que fue torturado hasta la muerte, tal como revela el informe forense aportado, y a pesar de estar imputado con otros policías en este grave caso, se le condenó con una mínima sanción. Entre los éxitos de su polémica carrera destacan la detención de los miembros del GRAPO que atentaron contra la cafetería California 47, la resolución del asesinato de los abogados de Atocha, la investigación del secuestro y asesinato de Anabel Segura o el arresto en el aeropuerto de Bangkok de Luis Roldán, entre otros casos.
Con el tiempo, y un importante currículum profesional, va subiendo peldaños a la cima y se acaba convirtiendo en lo que se conoce como un "pata negra", que es como se denominan a aquellos mandos superiores de policía que gozan de gran privilegio e influencia y están dispuestos a participar activamente en intereses políticos o de poder. En el caso concreto de Juan Antonio González, entra rápidamente en el círculo de poder durante el período de Juan Alberto Belloch como ministro del Interior (1994-1996), en donde entra en contacto con el magistrado Garzón o con el entonces portavoz del gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba, entre otros. Posteriormente, J.A. González fue nombrado Comisario jefe de Murcia (2000-2004) y con el cambio de gobierno, fue ascendido a Comisario General de Policía Judicial ya en Madrid.
La cacería con "correas"
Otra reaparición famosa, aunque bastante disimulada en la prensa, fue en el escándalo de la cacería de 2009, donde se habrían reunido para pasar el fin de semana el entonces ministro de justicia Mariano Fernández Bermejo, el juez Baltasar Garzón y el propio comisario J.A. González, justo en plena campaña político-judicial de difamación contra el principal partido de la oposición.
Los intocables del juez Torres
Volviendo al caso Malaya, debemos recordar que se realizó una magnífica investigación por parte de los dos inspectores de policía de la sección de blanqueo de capitales del Grupo III de Udyco (Costa del Sol), los cuales se vieron obligados a dimitir de sus puestos justo en el momento en que empezaron a descubrir nombres de altos cargos de la Junta de Andalucía, y a relacionar a familiares de miembros de la cúpula del gobierno con determinados casos de blanqueo de dinero o de corrupción urbanística.
Pudo ser tal vez, la gota que colmara el vaso de la paciencia de determinados poderes en la sombra, cuando estos dos inspectores cometieron el terrible error de solicitar al juez Torres en 2006 investigar las siglas JAG en los papeles de Juan Antonio Roca, y donde curiosamente, este juez se limitó a dar validez testimonial al propio Roca cuando declaró que negaba conocer a Juan Antonio González, dando carpetazo y sin investigar al único nombre de toda la lista de socios del famoso concejal de urbanismo de Marbella. De hecho, fué el propio juez quien mandó a estos inspectores blindar sus investigaciones ante estos aspectos, y que cuando dimitieron, la unidad de investigación quedó descabezada, paradójicamente, bajo el mando del propio comisario Juan Antonio González.
Tras estos acontecimientos, hubo una presión desmedida contra estos investigadores, que como antes señalé, se vieron forzados a dimitir de sus cargos, quedándose la investigación en vía muerta hasta el comienzo del juicio, y solo reabierta para enlazar datos y fechas con la operación “Ballena Blanca”. Cabe señalar que Juan Antonio Roca, oriundo de Cartagena, ya conocía a J.A. González por determinadas coincidencias de la vida con el que había sido Comisario Jefe de Murcia.
El ministro del interior Alfredo Pérez Rubalcaba titubeante y preocupado, se ha negado a contestar a las preguntas en el congreso en referencia a este jefe de policía, y Juan Antonio González ha solicitado la jubilación anticipada en un probable temor a ver afectada su carrera profesional por este tema.