El escritor de 42 años no apelará la sentencia, una de las más duras de este año por una acusación relacionada con la «Revolución del Jazmín», un intento por emular a la «Primavera Árabe» que ha sido cortado de raíz por Pekín.
La pena es similar a la que recibieron otros presos de conciencia en China, como el premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, condenado a 11 años en 2009 y con el que Chen colaboraba habitualmente. Según Liang, los abogados no han tenido oportunidad de reunirse con Chen, por lo que consideró que el veredicto, tras una vista de dos horas y media, estaba predeterminado.
El tribunal no permitió a Chen Wei realizar ninguna declaración al leer la sentencia y fue llevado fuera de la sala por los guardias de seguridad mientras gritaba: «No soy culpable, la democracia constitucional ganará, la dictadura será vencida».
El tribunal no permitió a Chen Wei realizar ninguna declaración
«Chen es inocente», indicó Liang, quien consideró el veredicto como un castigo contra la libertad de expresión recogida en la Constitución china. El escritor y activista criticó en artículos publicados en internet algunos aspectos de la sociedad china y explicó su concepto de democracia, pero «no tenía ninguna intención de subvertir el poder contra el Estado», añadió el abogado.
La condena se basó en el lenguaje que contenían cuatro ensayos que publicó entre marzo de 2009 y enero de 2011 titulados: «La enfermedad del sistema y la medicina de la democracia constitucional», «La clave para la democratización es el crecimiento de la oposición civil», «Los pies del movimiento de defensa de los derechos y el cerebro de la democracia constitucional» y «Pensamientos sobre derechos humanos y huelga de hambre».
En estos textos, considerados difamatorios, Chen se refería a «la privación del pensamiento y creencias que sufre el pueblo» o a que «el Partido Comunista usa la maquinaria de la violencia para controlar al pueblo».
Unos 200 vehículos policiales bloquearon el acceso al tribunal de Sichuan en el que se pronunció la sentencia, y los efectivos detuvieron a dos de los activistas que se personaron en la puerta para apoyar a su compañero, Duan Qixian y Zhang Wei, según la ONG Chinese Human Rights Defenders.