Cientos de especies de bacterias viven en la piel humana
Sabíamos ya que el cuerpo humano no sería lo que es, ni muchas de sus funciones posibles, sin la colaboración de toda una legión de microorganismos que cohabitan con, o mejor, que habitan en, nosotros. Y sabíamos también que algunos de esos microorganismos, principalmente bacterias, vivían a sus anchas en nuestra piel. Algunos, sí, pero no tantos...
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano en Bethesda y que publica Science en su edición de esta semana indica que nuestra piel es el hábitat de por lo menos diecinueve clases diferentes de bacterias, que incluyen a centenares de especies diferentes. Y eso es una cantidad que supera con mucho lo que se pensaba.
Los investigadores han descubierto, además, que no es lo mismo vivir, por ejemplo, en una axila, que hacerlo, digamos, en la planta de un pie. En resumen, que las "condiciones ambientales" de las diferentes zonas de nuestro cuerpo influyen, y mucho, en el tipo de bacterias que las habitan. Humedad, presencia o no de vello, suavidad o rugosidad... son muchos los factores que hacen que sea un determinado género de bacteria, y no otro, el que habite en una parte determinada de nuestra anatomía.
Todos los datos recopilados por los científicos proceden de personas sanas, y constituyen la base sobre la que se apoyarán futuras investigaciones que lleven a evitar erupciones cutáneas, eccemas, herpes y otras afecciones de nuestra piel.
Dirigidos por Elizabeth Grice, los investigadores tomaron muestras de veinte partes distintas del cuerpo de varios voluntarios e identificaron a sus habitantes por medio de secuenciación genética. Las áreas (o hábitats) elegidos fueron una muestra representativa de los diferentes "ambientes" que nuestro organismo es capaz de proporcionar a los microorganismos: seco, húmedo, graso...
En sus análisis, los autores del estudio identificaron 112.000 secuencias genéticas bacterianas, correspondientes a 19 clases y 205 géneros de bacterias, algo muy alejado de la creencia generalizada de que la piel humana está "colonizada" fundamentalmente por una única familia de bacterias, los estafilococos.
Las comunidades bacterianas más diversas se encuentran en los antebrazos (44 especies diferentes como media), y su diversidad depende, entre otras cuestiones, de la cantidad de vello. Las menos diversas están justo detrás de nuestras orejas (19 especies diferentes como media). Y los datos coinciden en todos los individuos estudiados. Es decir, que en los codos, por ejemplo, o detrás de las rodillas, todos los voluntarios que han participado en el estudio muestran la misma clase de bacterias.
Los investigadores explican que a pesar de que existe una corta distancia "geográfica" entre las axilas húmedas y velludas y los antebrazos, suaves y secos, estos dos "nichos" son tan distintos entre sí a nivel ecológico como lo pueden ser los bosques tropicales de los desiertos.
"Nuestros resultados revelan que la piel es el hogar de vibrantes comunidades de vida microbiana, que pueden tener una influencia significativa en nuestra salud", afirma Elizabeth Grice.
Y sin ellas , nuestra piel sería más sustetible a las infecciones y a la entrada de gérmenes patógenos en nosotros.