#1 Así de pronto, le tiro arena a la cara y decido si salir corriendo o inflarlo vivo, según la mala leche que tenga en el cuerpo.
Cada uno debe valorar lo que puede y es capaz de hacer; si un tio te amenaza con una navaja tienes que valorar dos opciones: darle lo que te pide o negarte a ello con una rápida reacción. La segunda opción tiene un rango de peligrosidad, ya que si te sale mal puedes pasar un auténtico mal rato, dependiendo de lo miserable y cobarde que sea quien te atraque.
Si tienes mucha gente alrededor, puedes limitarte a empujarle y correr hacia el tumulto, pero por ejemplo, si estás solo en una zona muy apartada, tendrás que empujar o agredir a tu atracador para poder huír (por ej. patada en los huevos por sorpresa, estamparle algo contundente en la cara, empujarlo escaleras abajo si se dá la situación ...), porque podría correr más que tú en condiciones normales, y ahí está el peligro. La policía suele recomendar a la gente que si no está segura y preparada en defensa personal con experiencia, que haga lo que pida el atracador, que luego ya habrá tiempo para las denuncias.
Si el atracado va a considerar el peligro y someterse a la voluntad del atracador, al menos que resulte útil:
Observar la altura del atracador, rasgos faciales, cicatrices, tatuajes en las manos y color del pelo; la ropa que lleve es algo secundario. Cuando se presenta denuncia en la comisaría, te dan cita para que hagas el reconocimiento, y éste consiste en preguntarte la edad que tenía el atracador, y hacerte ver libros de quinquis fichados en razón de dicha edad, donde vas a ver miles de fotos en blanco y negro tamaño carné.
Una sola denuncia en sí puede que parezca no tener importancia, pero si el atracador lleva un buen lote, es un punto importante a saber por el juez que se encargue de su caso en un posible futuro. El peor error es precisamente, no denunciar, porque si ese tipo pierde los nervios un mal día y mata a alguien, siempre puede recaer la sensación de culpa por no haber hecho lo correcto.