De eso que conoces a uno por Grindr, uno diferente, que no sólo te atrae a nivel físico sino también sentimental e intelectualmente. Quedas con él, vas despacito. Piensas que podríais llegar a tener algo, por lo que te centras en su persona y dejas de zorrear por ahí. Jo, en verdad te gusta. Se reducen tus niveles de hijoputismo egoísta y te vuelves buena persona. Eres amable, le preguntas que qué tal le va, te interesas por sus cosas. Algo inaudito en ti. No necesitas forzar el parecer simpático porque simplemente te sale solo cuando estás con él. Te haces ilusiones.
Pero un día random te metes al Grindr después de mucho tiempo y ves que ahí sigue él, buscando lo que todos. Llegas a la conclusión de que simplemente eres uno más, le das igual, pensaste que había algo que en verdad nunca existió.
Te sientes tonto por haberte abierto a alguien que probablemente no lo merecía. Vuelves a ponerte la coraza, eliminas cualquier atisbo de compasión que pudieses haber desarrollado y vuelves a ser el de antes. Frío, egocéntrico e insensible. A la mierda el amor y a la mierda todo.
Es un gran problema eso de querer tenerlo todo, terminas por no conseguir nada