Pues, en mi opinión, las series de detectives tienen un leitmotiv bastante fácil de captar por la audiencia y que te mantiene enganchado, bien sea hasta el final del capítulo si son autoconclusivos o de la temporada. Genera interés de un modo rápido y directo, no hay que dar muchas explicaciones ni motivaciones si el protagonista es un detective y la trama gira en torno a un crimen, se va directo al meollo.
Además, el género ofrece unos clichés muy estudiados que permiten repetir la fórmula sin comerse mucho la cabeza, lo que muchos guionistas aprovechan. Normalmente los protagonistas siempre tienen rasgos similares y los crímenes características que se han visto mil y una veces. Lo que parece tendencia es situar la acción en sitios cada vez más enrevesados o peculiares (la campiña francesa, zonas rurales de Inglaterra,...) o incluso épocas estrafalarias.