https://www.youtube.com/watch?v=HAc3T4aMENI
Muy buenas, con motivo de la reciente salida del último videoclip de C. Tangana y Becky G., puede ser interesante aprovechar, a parte de la satisfacción visual, un debate acerca de cómo la estética general de estos productos se están quedando reducidos a los mismos patrones, siempre desde el mismo nombre o creador al que están asociados, claro.
Ya que el consumo masivo que se va a hacer del videoclip va a ser el del vistazo rápido, no voy a entrar en las riquísimas lecturas de referencias a la cultura de la historia de la humanidad que seguro que tiene -ejem, ejem-, ya que no creo que el propósito del director de fotografía, el diseñador, o el cuñado de Tangana sea el de legar un mensaje críptico para la iluminación arcana de los elegidos, que ya bastantes magufadas al respecto de los videoclips de Katy Perry o de la figura de Kanye West pululan por ahí.
Realmente creo que pone de manifiesto cómo la industria comercial trata de configurar una estética digerible para el público general, sin pretender crear comunidades definidas, sino más bien aglutinar a un tipo de comunidad previa, la hispanoparlante en este caso, al asimilarla a un estereotipo anglosajón, y es que no deja de recordar una especie de versión latina del videoclip acerca de las ensoñaciones del típico gangsta afroamericano, arquetipo desarrollado en similares orientaciones comerciales, pero desde el rap estadounidense que consiguió hacer canon de una subcultura marginal a fines del siglo pasado.