#31 Coincido plenamente en ambos puntos enunciados. ¿Que no debe ser inconveniente para seguir intentándolo y luchar? Puede. Pero eso es impepinable. Como digo en mensajes anteriores, no es que sea injusto o sea cruel; es, y ya. Veo un consenso en que las apps son el demonio si lo que se busca es algo más que un polvete, pero el cold approach que dices es muy difícil para alguien del montón. Lógicamente, que se te acerque un 9 significa arrojo, que lo haga según quién, muy por debajo de la nota, bordea lo creepy y hasta el acoso (y peores cosas vendrán), se sepa o no se sepa parar a tiempo; lo hemos visto en infinidad de memes y hasta lo he sufrido en mis carnes las pocas, poquísimas veces, que he intentado entablar conversación con una desconocida. Acaba siendo pesca de arrastre, tal vez entrando a 20 logres triunfar (concepto sujeto a muchos matices y revisiones) con 1, pero no sólo me siento intrusivo, también gilipollas supino performando algo que ni va ni viene conmigo. Antaño en Tinder había llegado a conocer a chicas geniales, a día de hoy una de mis mejores amigas y algún que otro rollete que se salía de lo previsible, pero parece que ahora ha explotado la burbuja. En Badoo llegué a conocer una de las chicas más encantadoras y cultas con las que di, pero otro más hábil la supo encandilar mejor a la semana de enrollarnos y el cambio gradual de epístola florida a monosílabo no es algo que haya vivido sólo yo.
En cuanto a otros ambientes: como comentaba en anteriores posts, forma parte de esa sensación de callejón sin salida. Perdí un trabajo para reanudar mi carrera académica (movimiento fatídico a nivel económico pero, lo típico, si no lo intentas ahora se te va a pasar el arroz). Evidentemente, el tema ligoteo ni se me había pasado por la mollera más allá de lo meramente circunstancial, mi prioridad estaba al 100% en sacar mis mejores notas y jugarlo todo a una carta. He hecho buenas amistades y contactos, todo el rollo ese de la zona de confort pero sin tener que pasar por actividades que me la traen por completo al pairo e incluso disfrutando por el camino. Sí, hay chicas con las que me puedo estar pasando horas hablando de temas diversos sin caer en el "¿te gusta el sushi?" de los cojones, pero el recurso es también limitado y todas tienen más o menos su vida montada, y algunas emparejadas vía Tinder, por cierto. Es esa sensación de no estar en el momento adecuado nunca, pero sumada a la dificultad del último párrafo de #34. En todo caso, queda patente que la fiesta no es lo mío (y las apps me salvaron la vida durante años, ya no), pero también me quedo sin ambientes no forzados que me seduzcan, donde pueda sentirme a gusto y abierto a conocer gente.
Hablando con un amigo, me soltó que más que probablemente esté pasando la famosa crisis de los 30 pero acentuada de golpe y a lo bruto. Que de todo se sale, y que conforme creces ligas menos pero te la sopla todo más.
En fin, no cito más mensajes porque generalmente estoy de acuerdo y mis pequeños matices ya quedan aquí resumidos. Reconozco que el tono puede sonar dramático cuando el hecho en sí no lo es, y nadie ha muerto por no meterla en remojo como decían por ahí. Ciertamente, los hay que lo tienen peor (aunque ya he comentado por encima algunos lastres que también manejo), algo que nunca me ha reconfortado. Como comentaba anteriormente, más allá de mi queja inicial, lo que me interesa es ver luz al final del túnel y opción a mejora, por dura que sea. Por el momento, me congratula ver que hay gente por aquí con mayor sensibilidad más allá del "échale cojones y éntrale a todas" de mis colegas cercanos. Un abrazo a todo el mundo.