Así operaba el grupo criminal que prostituía a menores en Madrid
La Policía Nacional ha detenido a 37 personas que formaban un grupo criminal dedicado a la explotación sexual de menores de edad. Además de prostituirlas, también las utilizaban para la venta de sustancias estupefacientes en varios narcopisos del distrito de Usera y Vallecas. En la intervención los agentes han liberado a 10 menores, una de las cuales está ahora tutelada por la Comunidad de Madrid. Todas son españolas, a excepción de una rumana y otra dominicana.
La mayoría de los arrestados son dominicanos y magrebíes. Están acusados de delitos de agresión sexual, prostitución de menores, tenencia de pornografía infantil, detención ilegal y delito contra salud pública. Tras pasar a disposición de la autoridad judicial se decretó el ingreso en prisión de ocho de ellos. Las menores eran prostituidas en narcopisos, en un zulo de Vallecas o en el polígono Marconi de Villaverde.
Entre los arrestados se encuentra un cantante dominicano de rap de YouTube, conocido como Saymol Fyly, con más de 150.000 suscriptores en esta red social. Este rapero era utilizado por la organización para atraer a las chicas, según las primeras averiguaciones. Otro de los arrestados es un marroquí de 52 años acusado de matar a otro de un puñetazo el 12 de agosto de 2021 en la avenida de Monte Igueldo, en el distrito madrileño de Puente de Vallecas.
A otro de los detenidos se le encontraron 300 gramos de cocaína en su casa y otro tiene 40 arrestos previos, cuatro de ellos por agresión sexual. Además, a una de las menores los agentes le hallaron 10 gramos de cocaína, ya que creen que las iniciaban en la venta, pero también en el consumo de base de coca (crack).
En los registros los agentes localizaron un zulo en una peluquería de Vallecas donde los arrestados explotaban sexualmente a las menores, y donde intervinieron droga, material informático, armas y dinero.
Según la Comunidad de Madrid, la dirección del centro de menores de Picón del Jarama (Madrid) fue quien denunció a la Policía Nacional el entramado de la red de explotación sexual desarticulada al ver un comportamiento extraño alguna de las menores. La investigación comenzó el pasado mes de abril cuando los agentes tuvieron noticias de que una menor de 16 años edad se fugaba con asiduidad de su lugar de residencia y que durante sus ausencias mantenía relaciones sexuales con personas mayores de edad a cambio de dinero o de sustancias estupefacientes.
Los investigadores descubrieron que otras menores, con las que compartía lugar de residencia, se encontraban en la misma situación. Contactaban con ellas a través de redes sociales ofreciéndoles la opción de ganar mucho dinero con la venta de droga. En algunos casos, las obligaban a distribuir la sustancia a bordo de patinetes y, tras la entrega, eran agredidas sexualmente por los propios consumidores. En otras ocasiones, los detenidos las trasladaban al polígono Marconi de la capital (una zona habitual de prostitución callejera) donde ofrecían a los compradores del estupefaciente mantener relaciones sexuales.
Los detenidos habían habituado a las menores a consumir sustancias estupefacientes y eran ya drogodependientes. De esta forma, el vínculo con la organización era mayor, ya que necesitaban su dosis diaria que les facilitaba la red desmantelada.
Los policías tuvieron conocimiento de que una de las chicas permaneció durante tres días encerrada en una habitación de un narcopiso del distrito madrileño de Usera regentado por una de las detenidas. Allí el procedimiento era el mismo; cuando entraban los clientes para adquirir su dosis, esta mujer les daba la posibilidad de tener sexo con la menor. En un momento de descuido, la víctima logró zafarse y pidió ayuda en un estanco próximo desde donde avisaron a la Policía Nacional. La adolescente llegó a realizar un croquis del agujero de su cautiverio.
También descubrieron que uno de los mayores responsables de este entramado criminal había solicitado los servicios de una de las jóvenes. Para ello, él mismo reservó un vehículo con conductor para que la trasladase desde el narcopiso hasta su vivienda y, una vez allí, él y otros tres varones abusaron sexualmente de la menor.
Tras identificar a todas las personas implicadas, siendo tres de ellas mujeres, se desarrolló un operativo policial para su detención durante finales de noviembre en el que participaron unos 150 agentes de Policía Nacional.
Entre los registros realizados en domicilios y viviendas ocupadas, destaca la peluquería de Vallecas que contaba en el sótano con un zulo sin iluminación y ventilación. En el cuarto había dos sillones utilizados en las peluquerías cubiertos por dos sábanas y una cámara fotográfica que se está analizando por si pudiera contener material pornográfico de las menores. Entre lo intervenido también se encuentran sustancias estupefacientes, útiles para su venta y consumo, un arma de fuego, un machete, dinero en efectivo y diverso material informático.
Varios de los detenidos están relacionados miembros de la banda latina de los Dominican Don't Play, alguno de los cuales visitaba con frecuencia los narcopisos de la calle San Dalmacio de Villaverde.
Según han relatado a Efe fuentes de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid, la investigación comenzó hace varios meses cuando una de las menores fue trasladada a petición de las fuerzas de seguridad, a modo de primera acogida, al centro de menas de Hortaleza, ya que se encontraba en "situación de vulnerabilidad desde hacía unos meses", y después fue derivada al centro de Picón de Jarama.
Fue allí donde, según han relatado las mismas fuentes, a partir del trabajo de la red de protección, contó la trama de explotación, lo que derivó en la denuncia de la directora del centro a la Guardia Civil y desencadenó la investigación policial. Desde el Ejecutivo regional apuntan que dicha averiguación permitió comprobar que al menos otras tres menores que llegaron a centros de protección de la región "por otros motivos", también habían sido explotadas por este grupo. Así, durante las pesquisas los agentes pudieron averiguar que dos de las menores residían en el centro de primera acogida de Hortaleza y que otras dos estaban durmiendo en una residencia infantil dependiente de la Comunidad de Madrid en Paracuellos del Jarama.
Los policías pudieron seguir a varias de las víctimas y comprobar que alguna de ellas se escaparon de estos centros de protección de menores de la red pública de la Comunidad de Madrid. Algunas de estas chicas empezaron a tener móviles de última generación, ropa y dinero que empezaron a levantar las sospechas de algunos educadores de los centros.
Desde el Ejecutivo regional reiteran que cuando comenzaron las investigaciones, esas menores no estaban bajo su tutela, y han añadido que, en la actualidad, solo una de ellas sí que está en uno de los centros de menores, precisamente para "alejarla de esas redes". "Desde la Dirección General de Infancia, Familia y Fomento de la Natalidad se está cooperando con la Policía Nacional en todo lo que requieran", han añadido las fuentes del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso.
En cambio, fuentes de la investigación policial indicaron a Efe que nueve de las menores liberadas sí estaban en centros de la Comunidad de Madrid -algunas de ellas en Hortaleza y Picón del Jarama- y otra en Guadalajara. Desde la Comunidad de Madrid han insistido que se están realizando las pesquisas pertinentes para averiguar si, en algún momento, estas menores estuvieron dentro de su red de protección. La Policía Nacional reitera que investiga si hay más niñas implicadas en estas prácticas.
La operación policial, denominada Sana, que ha permitido destapar esta organización criminal ha sido efectuada por los agentes del grupo XXII de la UFAM de la Brigada de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
Tras la desarticulación de la trama, tres chicas se encuentran en centros abiertos ahora, otra (que ya es mayor de edad) ha vuelto con su familia y tres más están en centros cerrados.