Muy turbio todo esto, que asco y que rabia.
Menos mal que me yaya se me fue tranquila, sin sufrir, en casa, conmigo y con mi madre.
Lo mas fuerte es que mi madre ha hablado con algunas personas de por aquí que llaman a las residencias para ver como están sus madres o padres que están en las residencias y NO LES DICEN NI MEDIA PALABRA O NO COGEN EL TELEFONO. ES UNA VERGÜENZA