Esto de que los dos asesores económicos del presidente anden saltándose la legalidad por el culo e inmiscuyéndose en la libertad del mercado (lo único decente ha sido la subida de las cotizaciones de Endesa, que para quienes tuvieran esos bonos pues cojonudo) debería ser óbice por lo menos para que cayesen tres o cuatro de los cuatreros de la Moncloa, que hoy más que nunca se han mostrado como son: una panda de delincuentes, de ladrones, de chorizos impresentables. El problema estriba en que en este país nunca pasa nada. ¿Y por que nunca pasa nada? Pues la explicación no es sencilla pero voy a tratar de esbozarlo al menos.
Este es un país caudillista. La mayoría del pueblo toma partido por unas siglas u otras y allí no hay quien le baje del burro. Es decir, si uno es del PSOE, se la suda lo que haga su partido, da igual incluso que se dedique al genocidio. No son más que monos amaestrados incapaces de mantener una actitud crítica ante su partido. Y lo que es peor, incapaces de retirarles el apoyo aun cuando cometan las peores fechorías. Esto mismo se puede apliar a todos los partidos políticos. ¿Cómo se explica esa actitud servil, idiota y aborregada que se plasma en la llamada "base electoral"? Pues eso, yo voto a tal o cual partido casi de forma vitalicia. Mayor estulticia, falta de sentido crítico y moral de esclavo no puede imaginarse. El partido Tal hará lo que le salga de los cojones, porque saben que tienen a sus nueve o diez millones de monos amaestrados que les votan incondicionalmente. Después comenzará la lucha por ese millón largo de votantes que aún saben discernir quién está haciendo las cosas mínimamente bien y votarán en consecuencia.
Lo de Endesa ha sido un robo a mano armada desde el principio, con lo de Gas natural y el montillazo, algo que debió terminar con cuatro hijos de puta en la carcel. Pero en el país donde nunca pasa nada y los veinte millones de monos amaestrados incluso se premia regalando presidencias autonómicas. Dan ganas de salir a la calle y montar barricadas, la verdad. Aquí la ley es para el de siempre, para los pringados de a pie. Para el pez gordo del pijosocialismo, la ley es un chiste. No tiene más que adornarse un poco gracias a los lacayos perioditas a sueldo (esos que inmoralmente incluso se permiten -con insólita desvergüenza y pésima prosa- a dar lecciones de ética en sus diferentes poltronas mediáticas) y escudarse en sus monitos amaestrados que les votan como subnormales. Después, panem et cirquem, como hacía el estamento patricio durante la República Romana, y hala, musho furbo, unas copillas y olé.
El chanchulleo de ÁNsar con Vilallonga en el tema de Telefónica fue todo un golpe de estado empresarial, y no pocas (pero justas) críticas les llovieron desde las páginas de este panfleto para imbéciles que es el periódico El País. Pues esto no le va a la zaga. ¿Qué hará El País ahora? Demoler a Conthe, claro. A sueldo del PP, seguro que dirán. De risa. Aquí no existen nunca los delitos, es siempre una falacia del partido contrario. ¡Vale, de acuerdo, estoy incluso a aceptar esta premisa! Ha sido todo una maniobra del PP. Perfecto. Pues ahora que se investigue perfectamente todo este tinglado, que no se ponga ninguna traba para averiguar qué es lo que ha pasado aquí. Y si ha sido un chanchullo del PP que lo pague. Pero si ha sido un delito de la cúpula del PSOE que no se queden de rositas.
Algo me da en la nariz que el PSOE va a poner trabas a la investigación, con lo que de forma indirecta estarán reconociendo su culpabilidad. Ni me sorprende. Aquí nunca pasa nada. Veinte millones de monos amaestrados irán en unos días a votar tan contentos. Incluso de sentirán contestos y orgullosos de ser la raíz de donde emana el poder. Pobres bufones. Payasos. Monos amaestrados. Moral de esclavo, que diría Nietzsche.
Parte de un soneto de Unamuno que viene al caso.
Gobierno de alpargata y de capote
timba, charada a fin de mes el sueldo
Y a apedrear al loco Don QUijote.
Ale, con Dios.