A estas alturas ya conocemos el fenómeno que en Misandria resumimos como "el abandono de la plantación". Los hombres estamos dejando de cumplir nuestra función histórica de trabajar duro para mantener a la familia, la sociedad, e incluso el país cuando tocaba ir a la guerra. Cada vez hay menos matrimonios, y la natalidad se hunde cada vez más.
En los casos más extremos encontramos el fenómeno de los Hikikomoris. Hombres que han caído en la apatía más extrema, que han perdido incluso el interés en el sexo, en trabajar, y hasta en las relaciones sociales más básicas. Como mucho, hacen lo justo para mantenerse a sí mismos tal como hacían los ratones "guapos" de Calhoun.
No me detendré mucho en los efectos a largo plazo, ya que son fáciles de imaginar y los hemos debatido frecuentemente. Por ahora basta recordar que estas actitudes históricamente han sido rechazadas y reprimidas en mayor o menor medida, porque ponían en peligro la continuidad de la sociedad. En parte, el instinto de conservación es necesario para su supervivencia, fomentando ciertas acciones (casarse, tener hijos, mantener la sociedad de alguna manera), y ridiculizando otras como negarse a participar del sistema. Por eso, la reacción más natural contra los hombres que abandonan la plantación es de crítica y rechazo. Especialmente por parte de las mujeres cuando comprueban que "ya no hay hombres".
Pero cuando hay tantos hombres cayendo en la apatía, llega un momento en que hay que asumir que es imposible que millones de hombres "enfermen" de forma espontánea y haciendo lo mismo. Que si exiges demasiado y no das nada a cambio, en algún momento te responderán "para eso no me merece la pena levantarme del sofá". Un hombre que haya llegado a esa conclusión es un remero que se ha fugado del barco para siempre, y el Sistema lo sabe. Ridiculizarle no tiene por objeto recuperarle, sino tratar de disuadir a otros para que sigan su ejemplo. Todo esto lo conocemos de sobra, pero la otra cara de la moneda es un terreno que apenas hemos explorado. ¿Cómo es posible que haya tantos hombres (en muchos casos, onvres) que no se atrevan a abandonar el remo? ¿Por qué aguantan carros y carretas a pesar de que la realidad les dice a gritos que es una lucha perdida?
La respuesta está en el síndrome del remero.
Podríamos pensar que simplemente hay hombres que no renuncian a su instinto de conservación, incluso en circunstancias desfavorables. Pero hay algo más. Algo que prácticamente cualquier trabajador técnico con experiencia conoce. Un técnico conoce bien las tripas del sistema que maneja. Desde casos muy obvios como el piloto de un avión, o el jefe informático de una gran empresa, a casos no tan evidentes como un contable, un interventor, o incluso un hombre cabeza de familia.
Todos tienen en común que saben que sobre ellos recae una fuerte responsabilidad. Que son los únicos, o casi los únicos que mantienen el tinglado funcionando, y que el día que fallen el desastre está prácticamente asegurado. Desde pérdidas económicas hasta vidas humanas. Prácticamente todos fantasean a veces con ese poder, pero a la hora de la verdad muy pocos tienen valor para usarlo.
Ester Villar ya habló sobre esto en El Varón Domado. ¿Y si el saber y el tener habilidades no es un factor de poder sino de esclavitud? ¿Y si el que sabe hacer un trabajo es esclavo de la necesidad de querer hacerlo bien, y de no querer cargar con un fracaso?
Imaginemos una empresa de informática. De ésas en los que los programadores salen de la oficina tarde, sin cobrar las horas extras, y maldiciendo en arameo, mientras que hay quien salió a primera hora de la tarde después de haber terminado el PowerPoint de turno, camino de la clase de pilates. Mucha queja, pero no suele haber ninguna rebelión hasta que ha ocurrido algo muy gordo. ¿Por qué lo hacen? Porque su sentido de la responsabilidad ha jugado en su contra. Sufren el síndrome del remero.
Leer mas en http://misandria.info/blogs/hynkel/sindrome-del-remero-314/
Me encontre este excelente articulo en el foro http://misandria.info y quisiera compartirlo con ustedes. ¿Creen que si no se le da suficiente estimulo a los betas la civilización se va a ir a la mierda?. ¿Si todos los remeros se piran los capitanes daran el paso al frente y se pondran a remar?
Un saludo