Vivir en el espacio puede ser complicado para los astronautas, quienes pierden durante sus misiones masa ósea y muscular, están expuestos a la radiación cósmica, se desorientan con facilidad y a veces se deprimen por el aislamiento, entre otros problemas. Pero para bacterias como la Salmonella, causante de un gran número de intoxicaciones alimentarias en todo el mundo, la ausencia de gravedad tiene otra clase de efectos: los vuelve más virulentos.
Tal ha sido el resultado del primer estudio realizado durante un viaje espacial para estudiar los cambios genéticos que éste provoca en la capacidad infecciosa de un microorganismo.
La investigación, que se publica hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), se llevó a cabo con bacterias de Salmonella herméticamente cerradas en un recipiente especial, durante el vuelo del transbordador Atlantis de septiembre de 2006.
Esta misión fue importante porque sirvió para reanudar la construcción de la ISS, paralizada tras el accidente mortal del Columbia. Pero la astronauta Heidemarie Stefanyshyn-Piper, de la NASA, aprovechó también para llevar a cabo el experimento de la Salmonella, dirigido desde el Instituto de Biodiseño de la Universidad Estatal de Arizona. Los cultivos de Salmonella typhimurium, causante de la salmonelosis, viajaron a la órbita terrestre en un pequeño cilindro compartimentado y reforzado con triples medidas de seguridad para no infectar a la tripulación.
Llegado el momento, la astronauta activó un mecanismo que permitía a las bacterias acceder a la parte del recipiente donde podían crecer a sus anchas, para ver cómo se comportaban en ausencia de gravedad. Simultáneamente, en la Tierra se hizo un experimento idéntico, para comparar ambos cultivos de Salmonella.
A la vuelta de la misión, los científicos analizaron las bacterias y descubrieron que hasta 167 genes de las que habían viajado al espacio funcionaban de forma distinta a sus hermanas terrestres. Estos cambios en la expresión génica hicieron que la Salmonella astronauta fuese tres veces más virulenta, es decir, tuviese el triple de capacidad de contagiarse a las personas.
Los investigadores también identificaron una proteína, llamada Hfq, que parece ser la causante del aumento de la virulencia, por lo que podría convertirse en el objetivo idóneo contra el que desarrollar una vacuna para la Salmonella, algo que en la actualidad no existe. Además, el experimento ha mostrado que las bacterias más peligrosas forman una película que las hace más resistentes a los ataques del sistema inmune, lo que quizás ayude a explicar por qué la Salmonella es cada vez más resistente a los antibióticos.
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/09/25/ciencia/1190708170.html
Cada vez , las bacterias me sorprenden más y más y más .....
Espero el día que se controle todas las enfermedades bacterianas y que no provoquen más muertes pero no deseo que sean extingidas por el ser humano.