Es normal que hayan voces oficiales como las de Van Rompuy digan estar en contra de que una Cataluña independiente no esté dentro de la UE.
La fácil respuesta la encontramos por el mismo hecho de que los demás países miembros no se tiran piedras a su propio tejado.
¿Creéis que le hace mucha gracia a Francia, Alemania, UK, Bélgica o Italia ver como el caso de Cataluña puede crear un precedente que alterase el status quo de los Estados/nación?
Los Estados por interés corporativo llevan a a cabo su presión: ¿a caso os creéis que el consejero europeo haría unas declaraciones a favor del proceso después de salir de un meeting con Rajoy a puerta cerrada?
¿Qué les pasó a estonia, Letonia y Lituania que expresaron su más profunda empatía y apoyo al proceso catalán pero dos días más tarde, después de que las delegaciones españolas citasen a sus respectivos embajadores, se retractarón?
Aquí todos utilizamos nuestras armas para intentar ganar el debate: individuos, asociaciones, sociedad civil, ongs, empresas, lobbies, gobiernos y mass media. Lógicamente el Estado, como concepción orgánica y corporativa, no es una excepción.