Las cajas de ahorro son una peculiaridad de España, en el actual contexto económico tienen incluso más poder que los bancos pese a ser instituciones que no reparten dinero entre accionistas, pues no tienen accionistas ni propietarios, podría uno pensar que están menos incentivadas a lucrarse aunque se les imponga que tienen que buscar el beneficio, que teóricamente deberían destinarlo a "obra social" pero que no les impide comprar otras empresas (debe ser tmbn considerado "obra social").
Ante tanta anomalía y extrañeza sobre estas atípicas instituciones uno podría simplemente mirar hacia otro lado y decir "bueno, si ellos lo tienen claro eso es lo que importa", pero cuando uno ve cómo estas instituciones orbitan alrededor del poder político y estrechan vínculos es cuando a uno se le frunce el ceño.
Hemos sabido que el domingo pasado Zapatero fue invitado a comer en Premiá a casa del presidente de La Caixa junto a lo más granado del poder oligárquico catalán, dos días después de que el Gobierno beneficiara a dicha caja de ahorros ofreciéndoles en bandeja de plata la joya del sector energético español.
Zapatero se reunió a escondidas con la plana mayor de la oligarquía catalana, gracias a la intermediación de su ministro y comisionista de La Caixa, Montilla. Allí estaban el presidente y el primer ejecutivo de la Caixa Ricardo Fornesa e Isidro Fainé; el presidente de Gas Natural y vicepresidente de la Caixa, Salvador Gabarró; Javier Godó, consejero de la Caixa y editor de La Vanguardia; el consejero de Sogecable y presidente de honor del Instituto de la Empresa Familiar, Leopoldo Rodés; el presidente de Miquel y Costas, Jordi Mercader; el de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls; el director general de Bayer, Francisco Belil; y uno de los mayores empresarios catalanes, Artur Carulla, presidente de Agrolimen (Gallina Blanca).
Habrá a quien le choque que este nuestro presidente, supuestamente de izquierdas, se codee en plan amigotes con la oligarquía financiera y empresarial catalana; pero yo, dentro de los límites que me imponen mi ignorancia, vislumbro el sistema del futuro, del que España, y más precisamente Cataluña, pueden salir como pioneras de cara a la Historia.
Después del fracaso de los Estados totalitarios fascistas y comunistas, controladores de todo (hasta del alma y espíritu de sus súbditos), el éxito de la división de poderes y las economías de mercado, nos encontramos hoy con esta curiosa caja de ahorros, con vinculaciones políticas sobradamente evidenciadas, participación en sectores estratégicos de la economía (esos sectores que se supone que el Estado tiene que tener semi-controlados indirectamente) y los medios de comunicación, que al mismo tiempo tiene una buena imagen de "compromiso con lo social", lo acaba impregnando absolutamente todo: política, economía e información.
Viendo este panorama y como el poder político y los medios de comunicación se vuelcan en arropar a esta institución para agrander su poder, siento que estoy vislumbrando el futuro, un nuevo y fascinante experimento de Estado corporativista camuflado dentro de la democracia y la economía de mercado, con una columna vertebral financiera que todo lo impregna, un nexo de unión y control entre el aparato político, la economía privada y los medios de comunicación, todo ello disponiendo de la herramienta clave, del aceita que engrasa el mecanismo, la sangre de este sistema; el dinero. Uno no sabe quien controla a quien, uno no sabe ya si es la Generalitat quien controla a La Caixa o si es La Caixa quien controla a la Generalitat (y el Gobierno); dónde empieza uno y termina el otro?