Dicen los amantes de los tópicos que los británicos llevan grabado a fuego el caracter ermitaño que inculca su aislamiento, y desde hace siglos los ingleses presumen sin complejos de su insularidad, una característica que parece que les viene de nacimiento. Pero hubo un tiempo en que ingleses y franceses no estaban separados por una enorme cantidad de agua. Ésta llegó hace unos 450.000 años, cuando una 'megainundación separó definitivamente a la 'Pérfida Albión' del Viejo Continente.
Un estudio de científicos británicos, que esta semana publica la revista 'Nature', utiliza las imágenes obtenidas mediante un sonar de alta resolución para probar que fue una riada de proporciones descomunales lo que separó ambas regiones. En las fotografías obtenidas por los investigadores se puede apreciar un valle de decenas de kilómetros de ancho y más de 50 metros de profundidad que se extiende a lo largo del actual Canal de la Mancha, un mundo submarino perfectamente conservado en el que se ven las marcas que dejaron los torrentes de agua que corrieron hacia la llanura del Canal procedentes del Mar del Norte.
Según los investigadores, en esa época -hace 450.000 años- en la cuenca del Canal había un lago que cubría todo lo que hoy es la zona sur del mar del Norte, y al que alimentaban los ríos Rin y Támesis. El estudio apunta la posibilidad de que una gran crecida en el nivel de dichos ríos y posteriormente el lago, provocó la rotura de la colina Weald-Artois, que se extendía desde el sureste de Inglaterra hasta el noroeste de Francia uniendo ambas regiones.
Este enorme pliegue natural del terreno servía de barrera de contención natural entre la planicie del entonces inexistente Canal de la Mancha y el agua del lago, pero al romperse el dique natural dio lugar a un gigantesco e imparable reguero de agua que horadó un valle entre Francia y Gran Bretaña, separándolas para siempre.
La 'megainundación', dicen los expertos, habría durado varios meses, y en ese tiempo se habría vertido aproximadamente un millón de metros cúbicos de agua por segundo en la porción de tierra hoy sumergida bajo el Canal de la Mancha. "La conservación de este paisaje, que está ahora entre 30 y 50 metros por debajo del nivel del mar, es mucho mejor de lo que habíamos esperado", señaló la profesora Jenny Collier, una de las directoras de la investigación. "Nos abre el camino para tratar de averiguar cómo fueron los procesos que marcaron el desarrollo del noroeste de Europa en el último millón de años", explicó en una nota de prensa. Para el doctor Sanjeev Gupta, de la Universidad Imperial de Londres, "la constatación de este evento prehistórico reescribe la historia de cómo el Reino Unido se convirtió en una isla y podría explicar por qué los primeros asentamientos humanos de la región sufrieron un brusco parón durante casi 120.000 años".