Junio de 2007. Es una mañana soleada en el glaciar de Ilulissat, en Groenlandia, cuando uno de los cámaras escucha un crujido. "Está empezando, Adam", asegura el operador de cámara. "Creo que está empezando". En ese instante, y ante los ojos atónitos del equipo, que lleva semanas filmando la lenta evolución del glaciar, se desata un espectáculo de proporciones descomunales.
Un bloque de hielo de 7,4 kilómetros cúbicos de volumen se desprende del glaciar hacia el mar. El bloque tiene 1,6 kilómetros de largo por 4,8 kilómetros de ancho y un kilómetro de profundidad.
Las imágenes pertenecen al documental Chasing Ice de James Balog.