Tenían todo preparado para matar a su objetivo. El plan, diseñado desde Barcelona por el "suprema", o sea el jefe, lo iban a ejecutar los "soldados" del "escuadrón de la muerte" en Madrid, pero la Guardia Civil lo frustró en una operación que ha dejado descabezada a la banda latina Blood, caracterizada por su extrema violencia.
Y no solo eso. La operación, que ha durado diez meses, ha supuesto la desarticulación de los principales "bloques" o "sets" de la banda: el del Norte, ubicado en Gipuzkoa, Álava y Navarra y controlado desde Irún; el de Barcelona y el de Madrid.
En Madrid tenían okupado un piso en Las Rozas y se repartían por otras viviendas de Boadilla y el distrito madrileño de Latina. Se les atribuyen en Madrid numerosos atracos y entre ellos varios asaltos en fiestas de municipios como los ocurridos en Villaviciosa de Odón.
Aunque se asentó en España a mediados de 2002, controlada por dominicanos fundamentalmente, fue en 2009 cuando la Guardia Civil asestó el primer golpe a los Blood (sangre) en Torrevieja (Alicante), también en una operación con trece detenidos.
Desde entonces, ha seguido investigando a este grupo, que, como el resto de las bandas latinas, se ha ido instalando en una parte importante de la geografía, pero especialmente en las comunidades de Cataluña, Madrid (más implantada en el Corredor del Henares), País Vasco, Castilla-La Mancha (en Toledo, sobre todo) y, aunque menos, la Comunidad Valenciana, sin dejar de intentarlo en otras, como Aragón.
Como han indicado a Efe fuentes de la investigación, esta banda se caracteriza por su extrema violencia, hasta el punto de que utilizan machetes para infligir el mayor daño posible a sus víctimas.
Y, como está ocurriendo en otras bandas latinas "enemigas", ya sus miembros no son todos de origen latino. Ahora ya se reclutan de otras nacionalidades, como magrebíes y de países del Este de Europa, pero cada vez más españoles.
Además, recurren a menores de edad. Dada su posición de inferioridad en la jerarquía, son inducidos por los miembros de mayor rango a abandonar a sus familias y a cometer delitos como medio de financiación y para alcanzar un mayor estatus en la banda.
Un aplauso para las fuerzas del órden