Hola a todos. Les dejo una lista de todas mis experiencias cucarachiles (a cual más terrible) desde que tengo uso de conciencia.
- Me mandan a comprar a la tienda de la esquina, voy, vuelvo, paso por el patio, entro a la cocina y al salir sentí que algo me había caído en la cabeza. Me puse la mano y la jodida me empezó a caminar por todo el brazo. Recuerdo además de mi llanto colérico cómo me estuve restregando mi brazito de niña asustada durante un largo rato con jabón. Aquí fue donde me traumatizé.
-Un día al despertar y estirar las sábanas me percaté de que había tenido visita nocturna. Seguramente la maté inconscientemente mientras dormía, porque al menos ésta estaba muerta.
-Tras hacer pis e ir a coger papel higiénico, me encontré a otra hdp posada en el mismo y apuntándome con sus interminables antenas. Mi fobia empezó a crecer.
-Una noche al conectarme al pc e ir a coger el teclado, me salió otro ejemplar vivita y coleando.
-Una noche al acostarme, sentía como pequeños golpes en el armario y en la lámpra de la mesilla de noche. Ya había apagado la luz y no veía nada. Como el ruido no cesaba, llamé a mi heroína matacucarachas (madre sólo hay una) y al abrir la puerta y encender la luz había otro ejemplar pero además voladora. La cabrona seguro que intentó aterrizar en mi cara pero se quedó con las ganas. Por supuesto que esa noche dormí en el salón.
-Otra noche trabajando en la recepción de un hotel pensé que mi única compañía era el segurata (quien había ido a buscarme un café) y la gatita -no es coña- que mis compañeros habían adoptado años atrás. Como el café tardaba miré el reloj y sorpresa: había un ejemplar tan grande como mi dedo meñique posada en el rejoj de pared que caminaba entre las en punto y las y cuarto y viceversa. Me apresuré a coger la emisora y lo que me salió fue:ven rápido que me da un infarto. Mientras hablaba, la muy jodida quiso mostrarme sus habilidades aéreas, se posó en otro extremo por escasos segundos y volvió a usar sus alas dirigiéndose a mí. Como si de una película se tratara, me agaché y pasó por mi cabeza. Salí corriendo del mostrador a la espera de que mi compañero me restacase. Pero como las desgracias nunca vienen solas, en ese momento me llegó una parejita porque sus llaves no funcionaban. Me tuve que armar de valor y entrar, eso sí, de puntillas y mirando hacia todos lados. Llaves hechas, clientes contentos que se van a dormir y volví a salirme del mostrador. Llegó mi compañero, sin café y sudando como un pollo me preguntó ¿ dónde está el cliente del infarto? jajajaja Cuando le expliqué, el buscó y rebuscó y nada. Ni viva ni muerta. A las horas, yo algo más calmada, veo que debajo de una de las mesas estaba el cadáver ( qué inocente soy) y pensé en que cuando me salí del mostrador nuestra linda gatita la mató. Poco antes de terminar mi turno, fui a abrir un cajón y allí estaba, la misma hija de p.....que tanto me hizo sufrir. Pero esta vez mi compañero la aniquiló sin piedad.
-Verano 2014: también mientras trabajaba, mismo hotel, una calurosa tarde de agosto mientras estaba sentada sentí como una picazón en el muslo izquierdo. No le di importancia, como dije antes verano agosto mucho calor y viviendo en canarias pensé que sería el sudor. Vinieron unos clientes, me levanté, volví a sentir la picazón pero más fuerte y mi alerta se activó. Empezé bailar claqué ( imagínanse el careto de los clientes) y a saltar como las locas sacudiéndome el pantalón hasta que salió cayendo en mi zapato y huyendo. Al llegar a casa sólo me faltó lavarme con lejía. Pero lo que no entiendo ¿cómo diablos me entró por dentro del pantalón?
Estas son las experiencias más terribles que he vivido, pero han habido muchas más. Donde vivo las hay a montones por el clima y debería estar acostumbrada, pero hoy, siendo adulta, me siguen produciendo el mismo asco, miedo y fobia. Cuando me independicé me compré un tercero. Aún así lo primero que hice fue poner bolas de masa de ácido bórico y leche condensada por las esquinas, me aseguré de tapar grietas por pequeñas que fueran y vivía felizmente tranquila hasta que hace un mes, al levantarme, aún media dormida, ví una sombra negra en el pasillo desde la cocina Mi suerte, es que se quedó quieta y me dió tiempo a coger el cepillo y golpearla hasta dejarla moribunda. Y para vengarme cogí el spray y la rocié a conciencia- Me mordí la lengua para no gritar ( no quiero que me destierren del edificio) y eso ha sido un pequeño logro. Pero me temo que no dudará mucho....
Saludos xd