Lo normal, vas por la calle y te dicen: esas pechugas son maravillosas. Y claro, no te tienes que dar por aludida porque detrás viene un tío con dos pechugas de pollo y se estaba refiriendo a él. Claro, coño.
Lo normal, vas por la calle y te dicen: esas pechugas son maravillosas. Y claro, no te tienes que dar por aludida porque detrás viene un tío con dos pechugas de pollo y se estaba refiriendo a él. Claro, coño.