Tanto pro-Podemos como anti-Podemos tienen parte de razón. Es cierto que Podemos no ha cambiado su discurso acerca de Cataluña y el referéndum, pero sus errores a la hora de comunicarlo les van a salir caros. En mi opinión esto no hubiera sucedido con Errejón, mucho más conciliador y comunicativo que Iglesias y su clon femenino; que hubiera sabido salir de la vorágine que es la política en Cataluña.
Podemos se ha dedicado a criticar al PP usando Cataluña, criticando con muchísima menos vehemencia a los independentistas, y no se ha dado cuenta de que los independentistas no separaban PP de España (españoles). Cuando desde los independentistas atacaron a las instituciones españolas el bueno de Pablo les rió las gracias y en cierto modo apoyó sus críticas. Nadie se imaginaba que esto acabaría como ha acabado ya que o Gobierno o Generalitat acabarían cediendo, pero al final nadie ha cedido y el intento de desgastar al PP solo ha servido para dar la imagen de apoyar al independentismo.
Con las nuevas elecciones Podemos volverá a lo de siempre, que si lucha social y demás (cuando este discurso es el que tenía que haber sostenido durante todo el proceso catalán) y que lo importante son los derechos sociales y que las banderas son de fachas. Pero en Cataluña lo que va a haber en juego en diciembre no va a ser como en elecciones al uso, y Podemos ha quedado como un "no, pero sí" del que no se van a fiar ni los unionistas (que tienen al PSOE en el ala izquierda), ni los independentistas (que tienen a ERC).
Podemos ha gestionado tremendamente mal el proceso catalán, quieran verlo o no los podemitas; pero también es cierto que su discurso se ha mantenido firme, al menos desde la dirección central. Bescansa ya lo dijo y la gente interpretó lo que le dio la gana, tanto anti-podemos como en el partido, donde se la han terminado por cargar (llevar a un segundo plano).