Ayer, pese a mi bomba de humo tempranera (a eso de las 4:30) y las ya previstas potillas por el camino de vuelta, me lo pasé bastante bien.
Me gustó volver a veros a los grandes clásicos, tan de puta madre como siempre, reencontrarme también con otros no tan clásicos, y conocer gente nueva, que salvo deshonrosas excepciones, todos de puta madre.
Lo de las excepciones es porque hay gente que, de verdad, tiene lagunas serias en la parte del cerebro que lleva las relaciones sociales. Aunténticos paquetes en ese aspecto.
Pero eso, excepciones, la gente guay por lo general, el nivel de tías bastante acorde al nivel de tíos, y el boom un fail como siempre que voy, pero sin duda era la opción acertada siendo los que éramos.
A más ver equipo.