Introducción
Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno (Pella, 20 o 21 de julio de 356 a. C. – Babilonia, 10 o 13 de junio, de 323 a. C.) fue el rey de Macedonia desde 336 a. C. hasta su muerte. Hijo y sucesor de Filipo II de Macedonia. Filipo le había preparado para reinar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando a Aristóteles su formación intelectual. Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse. Y enseguida –en el 334 a. C.– lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa, continuando así la empresa que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos —bajo el liderazgo de Macedonia— contra los persas.
En su reinado de 13 años, cambió por completo la estructura política y cultural de la zona al conquistar el Imperio Aqueménida y dar inicio a una época de extraordinario intercambio cultural, en la que lo griego se expandió por los ámbitos mediterráneo y próximoriental. Es el llamado Período Helenístico (323–30 a. C.) Tanto es así, que sus hazañas le han convertido en un mito y, en algunos momentos, en casi una figura divina, posiblemente por la profunda religiosidad que manifestó a lo largo de su vida.
Tras consolidar la frontera de los Balcanes y la hegemonía macedonia sobre las ciudades-estado de la antigua Grecia, poniendo fin a la rebelión que se produjo tras la muerte de su padre, Alejandro cruzó el Helesponto hacia Asia Menor (334 a. C.) y comenzó la conquista del Imperio Persa, regido por Darío III. Victorioso en las batallas de Gránico (334), Issos (333), Gaugamela (331) y de la Puerta Persa (330), se hizo con un dominio que se extendía por la Hélade, Egipto, Anatolia, Oriente Próximo y Asia Central hasta los ríos Indo y Oxus. Habiendo avanzado hasta la India, donde derrotó al rey Poro en la batalla del Hidaspes (326), la negativa de sus tropas a continuar hacia Oriente le obligó a retornar a Babilonia, donde falleció sin completar sus planes de conquista de la península arábica. Con la llamada "política de fusión", Alejandro promovió la integración de los pueblos sometidos a la dominación macedonia promoviendo su incorporación al ejército y favoreciendo los matrimonios mixtos. Él mismo se casó con dos mujeres persas de noble cuna.
El conquistador macedonio falleció en circunstancias oscuras, dejando un imperio sin consolidar. El control sobre diversas regiones era débil en el mejor de los casos, y había partes del norte de Asia Menor que jamás se hallaron bajo dominio macedonio. Al morir sin nombrar claramente un heredero, le sucedió su medio hermano Filipo III Arrideo (323–17), que era deficiente, y su hijo póstumo Alejandro IV (323–9). Meros figurones, el verdadero poder estuvo en manos de sus generales, los llamados diádocos (sucesores), que iniciaron una lucha despiadada por la supremacía que conduciría al reparto del imperio de Alejandro y su fraccionamiento en una serie de reinos, entre los cuales acabarían imponiéndose el Egipto Ptolemaico, el Imperio Seléucida y la Macedonia antigónida.
Alejandro es el mayor de los iconos culturales de la Antigüedad, ensalzado como el más heroico de los grandes conquistadores, un segundo Aquiles, o vilipendiado como un tirano megalómano que destruyó la estabilidad creada por los persas. Su figura y legado ha estado presente en la historia y la cultura tanto de Occidente como de Oriente a lo largo de más de dos milenios, y ha inspirado a los grandes conquistadores de todos los tiempos, desde Julio César hasta Napoleón Bonaparte.
Antecedentes históricos
Macedonia era un país “bárbaro” helenizado, de organización social feudal y que poseía un espíritu guerrero. Era un reino hereditario con nobleza y una Asamblea del ejército. En el año 359 a. C. estaba gobernado por Filipo II, quien en el 358 a. C. había logrado la unificación de Macedonia y cuyo objetivo era proporcionarle a su reino una salida al mar. Poseía una excelente organización militar basada en una falange compuesta por infantes – pastores y campesinos - y una caballería integrada por nobles. Para combatir adoptaban la “línea oblicua”. No conquistaban ciudades mediante prolongados sitios, sino que empleaban máquinas de origen asirio. Obtenían sus recursos financieros de la explotación de las minas de oro de Pangeo, al este de Estrimón.
En el año 356 a. C., Macedonia inició una guerra santa (Tercera Guerra Sagrada) contra los focidios acusándolos de haber profanado el santuario de Delfos.
En el año 352 a. C. conquistaron Tesalia y en 343 a. C. la Tracia.
En el año 338 a. C. obtuvieron la victoria en la batalla de Queronea contra los griegos, victoria que fue decidida por la acción de la caballería al mando del joven Alejandro, hijo de Filipo II.
En el año 337 a. C. se formó la Liga de Corinto bajo la hegemonía de Macedonia. La integraban todas las ciudades griegas excepto Esparta. El objetivo de la Liga era apoderarse de Persia y liberar las ciudades griegas en Asia. En la Asamblea constituyente se acordó que la sede sería Corinto, se designó como jefe vitalicio al rey de Macedonia y se acordó emprender la guerra contra Persia.
En el año 336 a. C., Filipo II murió asesinado, siendo sucedido en el trono por su hijo Alejandro de 20 años de edad.
En el año 335 a. C., Alejandró sofocó la rebelión de Tebas, Atenas y el Peloponeso. En castigo destruyó Tebas y sus habitantes fueron sometidos a la esclavitud.
En el año 334 a. C. comenzó la campaña contra Persia, campaña que para los griegos era de venganza y para Macedonia de conquista. El ejército estaba compuesto por 30.000 infantes y 5.000 jinetes.
En mayo de 334 a. C., Alejandro cruzó el Helesponto y obtuvo la victoria en la batalla de Gránico.
En noviembre de 333 a. C., Alejandro venció en la batalla de Issos contra las tropas persas mandadas por Darío III.
En el año 332 a. C., Alejandro sometió a Siria conquistando Tiro y luego entró en Egipto, donde fundó la ciudad de Alejandría.
Batalla de Gaugamela
En la batalla de Gaugamela alcanzó el ejército de Alejandro su máxima eficacia. Rehusando a su flanco derecho para evitar ser flanqueado, aprovechó un hueco en el centro de la línea persa para lanzar sobre él a su caballería pesada (los "compañeros" del rey) y su falange. Aún superado en número, la soberbia estructura y disciplina del ejército macedonio le facilitó la victoria.
La batalla decisiva de las campañas de Alejandro Magno tuvo lugar, cerca del río Tigris, en la llanura de Gaugamela, hacia el 1 de octubre del año 331 a.C.
El ejército macedonio contaba con unos 40.000 infantes y 7.000 jinetes. Los efectivos persas son prácticamente imposibles de determinar ya que las cifras que barajan las fuentes son desmesuradas: Arriano habla de 1.000.000 de infantes y 40.000 jinetes. Lo que sí está claro es que el ejército persa era más numeroso que el de Alejandro, su línea de batalla mucho más larga y mucho más potente en caballería, pero gran parte de las levas de infantería de segunda línea eran completamente inútiles. La única infantería sólida era al formada por alrededor de 4.000 hombres entre mercenarios griegos y la Guardia Real a pie (los meloforos): escasos y desmoralizados poco podían hacer contra la mucho más numerosa infantería greco-macedonia.
En cambio, los 34.000 jinetes de buena calidad en la línea principal explican la revolucionaria táctica adoptada por Darío, junto con la presencia de algunos elefantes y unos 200 carros falcados. El número de las levas de retaguardia es irrelevante porque no jugaron ningún papel en la batalla, que había de ser ganada por la superioridad de la caballería persa.
Cuadro de la batalla de Gaugamela.Pintura de Jan Brueghel el Viejo (1602)
(Fuente: Wikimedia Commons)
El ejército persa había acampado cerca de Gaugamela («La Casa del Camello»), una ciudad situada al lado del río Bumodus,a 75 millas al oeste de Arbela. Dándose cuenta del error cometido en Isso, Darío había elegido una amplia llanura como campo de batalla donde aplicar su táctica, en la que se basaba en aprovechar la superioridad de su caballería para envolver por ambos flancos al ejército macedonio: si se destruían sus alas, la terrible falange carecería de la capacidad de obtener una victoria decisiva. El motivo de combatir en la llanura era favorecer, a parte del empleo de la caballería, el ataque de sus carros, destinados a desordenar y frenar el avance de la infantería macedonia.
En cuanto supo Alejandro que Darío le esperaba, detuvo su avance y estableció un campamento fortificándolo con un foso y una empalizada donde dejó su bagaje y sus animales de carga, junto a los acompañantes, tropas no combatientes y prisioneros para, por la noche, avanzar en orden de batalla, ligero de equipo, a excepción de las armas. Su objetivo era enfrentarse al enemigo al amanecer. Los campamentos de ambos ejércitos estaban separados unas siete millas y no eran visibles entre sí.
Alejandro se acercó hasta divisar las posiciones persas, desplegó a su ejército para la batalla, celebró un consejo con sus oficiales y decidió vivaquear, en las posiciones ocupadas, manteniendo el despliegue al tiempo que reconocía el terreno elegido por Darío. A pesar de que alguno de sus generales, como Parmenio, le instaron a realizar un ataque nocturno, Alejandro prefería realizar sus combates con luz diurna.
El orden de batalla persa se conoce con cierta precisión, ya que se recuperaron las órdenes escritas de Darío después de la batalla. El ala izquierda, frente al mismo Alejandro situado a la derecha de la línea de frente macedonia, era mantenida por la caballería bactriana con los escitas asiáticos y arichotianos. Los persas se posicionaron en el centro donde se situaba el rey con su séquito. El ala derecha estaba protegida por tropas sirias, mesopotámicas y del Golfo Pérsico; una fuerza avanzada protegía el ala izquierda, compuesta por la caballería escita, 1.000 bactrianos y 100 cuádrigas con guadañas acopladas a las ruedas. Los elefantes, junto a 50 cuádrigas, estaban situados frente al propio Darío. Los mercenarios griegos, con las tropas persas de la Guardia Real estaban desplegados en el sector central y eran las únicas tropas fiables para poder enfrentarse a la falange macedonia.
En ninguna de las batallas de Alejandro se pusieron de manifiesto sus cálculos tácticos como en Gaugamela. Conocedor de que la falange quedaría aislada casi con toda seguridad mientras él y su caballería operaban en el extremo derecho, tomó medidas especiales para salvaguardar su posición.
Primero reforzó con una doble formación la retaguardia para que, en caso de fueran rodeados, pudiera dar media vuelta y enfrentarse al enemigo en dirección contraria. Dispuso también los medios para que la falange pudiera extender su línea o cerrar sus filas en el último instante antes de que se iniciara la batalla, y para protegerla apostó unidades de protección de arqueros agrianos y macedonios, en formaciones curvas, en ambos flancos.
La táctica de Alejandro consistía en avanzare en oblicuo, rehusando su flanco izquierdo para dificultar ese doble envolvimiento, y golpear con su caballería pesada, apoyada por la falange, en el centro de la línea persa donde aguardaba Darío.
El plan general favorecía a Darío, ofreciéndole todas las oportunidades para explotar su superioridad numérica. Los primeros ataque persas sobre el extremo del ala derecha macedonia fueron contrarrestados por Alejandro con cierta dificultad (A y B en el mapa), mientras que el ataque de los carros aqueménidas, con sus guadañas en las ruedas, sobre la falange fracasó por completo (C). Justo en ese momento, cuando buena parte del centro‑izquierda persa se desplazó para apoyar el ataque sobre el flanco derecho macedonio, abriendo un hueco en su línea (D), Alejandro se lanzó por la brecha con sus "compañeros" en cuña, apoyados por los hipapistas y la falange (E), directamente sobre el lugar donde el mismo Darío estaba situado.
Fases de la batalla de Gaugamela. Se aprecia el avance en orden oblicuo del ejército de Alejandro.
(Fuente: Quesada (2008), pág. 152)
Darío huyó abandonando a su ejército, como ya lo había hecho en Isso, y desde ese momento la batalla estaba perdida, pese a que el ataque persa sobre el ala izquierda macedonia (F) creaba grandes dificultades a Parmenio, e incluso aunque otro ataque menor de la caballería persa penetró el centro macedonio por un hueco entre los batallones de la falange (G), llegando al campamento de bagajes macedonio, que fueron saqueados. Parmenio, muy presionado en el ala izquierda macedonia, requirió la ayuda de Alejandro.
La formación de retaguardia de la falange, que había sido especialmente situada y entrenada para hacer frente a una rotura de la línea como la que se había producido, giró sobre sí misma y avanzó rápidamente para rescatar el campamento, amenazando al mismo tiempo a la caballería persa que se había vuelto contra el ala de Parmenio. Se supone que tuvieron que dividir sus fuerzas para poder conseguir ese doble objetivo.
Esto fue una demostración del control y disciplina de Alejandro que fue capaz de hacer volver a sus hombres de una fácil y satisfactoria persecución del enemigo en fuga y con ello responder a la llamada de Parmenio
La operación de ayuda de Alejandro, junto con la falange de retaguardia, eliminó la amenaza a la derecha de Parmenio, y la caballería macedónica estuvo entonces en mejores condiciones para enfrentarse al movimiento envolvente de Mazaeus, jefe de la caballería de Darío del ala derecha persa. Éste había avanzado perdiendo el contacto con el rey, y durante cierto tiempo no fue consciente de la huída de Darío y del derrumbe del ejército persa en el centro y en el ala izquierda. Fue la caballería tesalia la que tomó directamente la ofensiva contra las tropas de Mazaeus que cedían terreno ante ellos.
Alejandro se lanzó a la persecución de Darío, seguido por su ejército al completo que acosaba a un ejército persa en plena huida. Lo persiguió hasta el anochecer, cruzó el río Lycus y tras dar un descanso a sus hombres reanudó la persecución, esperaba capturar a Darío en la ciudad de Arbela, 75 millas al oeste del campo de batalla. Darío no fue hallado allí, su tesoro y posesiones fueron capturados por Alejandro, su cuádriga y sus armas.
Los historiadores de la Antigüedad dan cifras diferentes de las bajas producidas en la batalla, la mayoría difíciles de creer. Según Arriano, Alejandro sufrió sólo 100 muertos entre sus soldados y 1.000 caballos, mientras que la pérdidas persa fueron unos 300.000 muertos y un número similar de prisioneros
La victoria de Alejandro fue completa y con un coste escaso, aunque no fácil, solamente fracasó en su intento de capturar a Darío. Al final de la batalla Darío era un fugitivo sin capacidad de recuperar su reino y poco después moriría asesinado.
Fuerzas de combates , número de bajas.
Ejercito macedonio
Total: 47.0001
31.000 falangistas
9.000 peltastas
7.000 jinetes
Bajas: 500 muertos y 3.000 heridos
Ejercito Persa
Total: 250.000
200.000 infantes
40.000 jinetes
10.000 Guardias reales
(estimación moderna)
Bajas: 50.000 muertos
Fuentes:
Mundohistoria
Historiamundo
Wikipedia
Youtube
Aquí teneis el relato de una de las mayores y más importantes batallas de la historia la cual significo el fin del imperio Persa y el dominio mundial de Macedonia - Grecia a manos de Alejandro Magno provocando una mezcla de culturas nunca vistas. Esta batalla es una de las más importantes no solo por lo que significo sino que también lo fue estratégicamente ya que se configuro la falange con el apoyo de la retaguardia y de la caballería compañeros donde se baso la movilidad , fuerza y táctica de Macedonia , la reducción de la densidad de la formación del combate de las 32 filas a 16 u 8 hombres con lo que ganaba movilidad. Espero que os guste y si sabeis alguna curiosidad o algo más sobre Alejandro y sus batallas comentadla.