Ignacio Allende, más conocido como Torbe, uno de los más prominentes productores y actores de la industria del porno española, ha sido condenado a un año de prisión por estafar a varias personas, una de ellas un anciano de 90 años, a través de una línea porno-erótica vinculada al programa 'La hora de oro', de Canal 7.
Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, Torbe contrató una línea gestionada a través de su empresa La Cerda S.L., y en ella se mantenía a los estafados en ocasiones por espacio de varios días colgados del teléfono a la espera de un premio que nunca llegaba. Lo que llegaba al final era una astronómica factura telefónica de un teléfono porno con tarifa de 1,09 euros/minuto, cuando los timados creían estar llamando a un programa de Canal 7 para conseguir un premio.
El 'modus operandi' de la estafa, en la que ha sido condenada también una colaboradora de Torbe, era el siguiente. Los televidentes llamaban para acertar una adivinanza a La hora de oro de Canal 7, donde se les pedía que, para cobrar el premio, se dirigieran a otro número de teléfono: el 803 contratado por Torbe. Ahí comenzaba, según la juez, el engaño. Los teleoperadores mantenían a los timados horas y horas al teléfono con la excusa de que los ordenadores se les habían estropeado y con el cebo del premio, que iba incluso subiendo a medida que pasaban las horas.
Por ley, para evitar precisamente estafas, está establecido que este tipo de llamadas se corta cada media hora. Así, los teleoperadores pedían a los timados que llamaran de nuevo, que no dejaran pasar la oportunidad, y una recompensa de por ejemplo 5.000 euros se incrementaba hasta 10.000 y un viaje a Canarias.
Todo para mantener el contador en funcionamiento, y para seguir esquilmando al estafado. Un anciano de 90 años llegó a llamar, por ejemplo, 177 veces. Una chica treintañera estuvo tres días al teléfono, con sus correspondientes pausas para dormir.
Seis fueron los estafados que llevaron a juicio a Torbe, aunque la Fiscalía sospecha que sufrieron el timo muchos más y que no denunciaron "por pudor, por no reconocer que les habían timado".
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/20/madrid/1329767574.html