Buenas compis, a raiz de los acontecimientos de este fin de semana, donde es obvio que hay opiniones para todos los gustos. Las primeras consecuencias no han tardado en llegar.
Así encontramos dos grupos claramente diferenciados, enfrentados entre sí. De un lado los representantes de los despedidos de cocacola, a cara descubierta y reclamando una solución en la calle. Gente que intenta solucionar una injusticia y saliendo a la calle a expresar su malestar.
De otra parte una panda de adolescentes, que se intentan hacer visibles (al menos en la protesta) no así en sus rostros, ejerciendo un derecho que no les corresponde (la huelga es un derecho DE LOS TRABAJADORES) al tiempo que van provistos de todo el atuendo necesario para dificultar su reconocimiento. ¿No quieren que le vean sus papis en las noticias? ¿O quieren no ser reconocidos por la policía mientras la lían?
En este caso, se ha impuesto el sentido común y los adultos han actuado con responsabilidad, no quieren que les relacionen con nada que no sea su justa reivindicación. ¿Y como han respondido los chavales? Descalificarlos, insultarlos e intentar ridiculizar su particular lucha.
Obviamente, no hay que descartar el componente político en estas cosas, que lo hay. Así esos trabajadores si no me falla la vista, llevan pegatinas de CNT, ¿y de ugt? mientras que la muchachada, como es de esperar aún no la portan, pero digamos que tienen tremendas posibilidades de pertenecer a juventudes, es decir, la cantera de CCOO.
¿Que os parece el espectáculo?