Un hombre de Queensland (Australia) ha sido acusado de tatuar un pene de 40 centímetros en la espalda de un cliente después de enfadarse con él. Al parecer la víctima de 25 años quería un tatuaje Ying-Yang con dragones, cuando descubrió que el tatuaje era el de un pene con una frase obscena “Me gustan las pollas”, y encima con faltas ortográficas.
El acusado (que ni siquiera disponía de licencia de tatuador) se enfrenta ahora a varios cargos contra la salud pública y por daños corporales y además deberá abonar unos 2000 dolares para que la víctima se borre el tatuaje.
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