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Para mí(ojo, para mí) no hay ninguna ruindad.
Habría que ver las piruetas intelectuales que ejectuaría ella misma si quien hubiera faltado a su palabra fuera un director/productor hombre. Por supuesto son conjeturas y no un argumento sólido.
La ruindad es que desde ciertos sectores ideológicos se está forzando una agenda de producción cultural para cumplir con la visibilización de colectivos, sólo por la visibilización como dogma ideológico. En este caso una actriz a la que se le había prometido un papel, se queda embarazada, pero sólo otros autores/guionistas/directores están sujetos a cumplir con otra agenda política, mientras que ellos se permiten simplemente incumplir su palabra.
Conste que para mí todo esto es una chorrada. Palabras en el viento borradas por una restricción razonable impuesta por el guion y las circunstancias del personaje. Pero me parece un exponente de una serie de ideas construidas sobre un castillo de naipes que hoy se les cae encima.