Gestión de las amenazas.
Si la cosa se tuerce y has de actuar con violencia la última defensa será la recriminación moral de tu conducta.
Aunque las soluciones violentas ( imaginad el bulliying de un hijo propio) parecen satisfacer las demandas de sangre y orden, suelen acarrear mayores perjuicios.
"A mi hijo en el cole le han arrancado el símbolo Nike de las zapatillas diciendo que eran falsas y él un arrastrado."
Nace marcarse un True Detective 2 y aparecer en casa del niño y remodelar la cara de su padre con un puño americano. Pero.
Desde que el entramado social existe y los bocineros funcionan la plebe tiene el molde de lo correcto y la justicia unos fatales apuntes.
Bien, la cosa sería presentarse en el colegio y dejar seria constancia, que fuera rastreable para cualquier ajeno a la controversia, de nuestra indignación y de la necesidad de actuar con urgencia y castigo ante los perpetradores del mal. Y esperar un corto periodo por una solución satisfactoria.
Paralelamente,
Se podría orquestar una solución violenta pero no ha de ser vinculable a nuestra figura ni dejar cabos sueltos, cualquier daño que se quisiera infligir debería ser velado y cuasi anónimo.
Si el colegio y los equipos se negaran a actuar u ocultaran cualquier hecho realmente acaecido debería ampliarse la actuación legal-justicia a todo el colectivo e identificar a las figuras más acérrimas para causarles algún tipo de daño que sea identificable como resarcimiento.
Nos mueve siempre el hecho de defender a los nuestros creando una terrible desproporción entre las amenazas y los costos de producirlas , reduciendo totalmente las consecuencias legales y sociales de nuestras respuestas pero dándolas.
Por que lo peor que hay en España es buscar la justicia de Frente y acabar meado.
No, se puede hacer mejor.
Buenas noches, un padre preocupado.