Las mentiras más típicas en una relación

DuCKMaN

Yo te aviso.

B

La hermana de tu novia te parecerá guapísima siempre. Es básico xd. Pero remarcar el adjetivo guapa. Nunca estará buena o más buena que.

ukuki

Lo siento, se me había quedado sin batería

3
PocketAces

#47 Lo prometido es deuda, acabo de llegar de fiesta y voy a contestar.

Lo que ella quiere sacar de eso es ver si folla más que tú o no. Es decir, si le dices que sí, ella hará lo posible por follar más que tú, si le dices que no, ella se contentará con tener sus otros 2 ó 3 follamigos aparte de ti y se sentirá superior.

Básicamente es eso. Y aunque se ponga ligeramente celosa a veces, es normal. Si folláis es porque os gustáis y muchas veces los sentimientos es difícil dejarlos a un lado. No obstante es fácil, prueba a decirle que te está empezando a gustar mucho otra chica a la que te follas y mira su comportamiento. Si ves que sigues follando con ella, es que sólo le interesas por el mete-saca, si dice que prefiere no seguir quedando contigo es que le gustas más de lo que tú pensabas.

Suerte.

squ4r3

#62 yo creo que "mona" da un matiz más adecuado que "guapa"

2
W

Mi pequeña aportación sobre las "Mentiras":

JorGe Buay, Déjame que te cuente: Detector de mentiras + Yo soy Peter.

— Me molesta que me mientan –Dije al fin. Estaba satisfecho. Esta era la frase. Cinco palabras. Era un mensaje realmente sintético. Miré al gordo. Silencio... Decidí hacer una inversión y agregar un gasto adicional para darle más realismo. — ¡Me molesta muchísimo que me mientan! Eso
El gordo sonrió y puso esa cara de abuelo comprensivo que ponía Jorge, y que yo interpretaba a veces como “qué tonto que eres, chico” y otras, como un enorme abrazo que decía “aquí esto” o “está todo bien”.
— ¡Me molesta! –ratifiqué.
— Que te mientan –terminó Jorge.
— ¡Que me mientan! –dije.
— Que TE mientan –remarcó.
— Sí. Que me mientan –yo no entendía adónde iba Jorge.
— ¿De qué te reías? –le pregunté al fin.
— No me río, sonrío...
— ¿Qué pasa? –pregunté—. No entiendo nada.
— Yo conozco ese lugar donde estás parado... Y no lo conozco por haberlo leído en ningún lado. Lo conozco por haber estado parado ahí gran parte de mi vida... Sonrío por simpatía, por identificación, por reconocer a otro yo mismo de otro tiempo, por encontrarlo en tu postura...
— No me sirve, gordo, no me alcanza con saber que tú pasaste por acá. No me consuela saber que ésta es la calle más transitada del planeta. ¡Hoy no me alcanza!
El gordo seguía con su cara de Buda complacido.
— Ya sé, yo sé que no te alcanza pero ¿ya te vas?
— No, ¡no me voy!
— Bueno entonces calma, quisiste saber porqué sonreía y quise contarte, eso es todo...
Jorge sonrió.
— Te molesta que te mientan.
— ¡Sí!
— ¿Y qué te hace pensar que te mienten?
— ¿Cómo “qué me hace pensar”? Me dicen algo que descubro, antes o después, que no es verdad.
Se volvió a su sillón.
— Ah, pero tú estás confundiendo decir la verdad con no mentir.
— ¿Cómo? ¿No es lo mismo?
— ¡Para nada!
La línea formalmente lógica de mi pensamiento se había estrellado contra una pared de granito... Mi único consuelo era pensar que si, como decía Jorge, la confusión es la puerta de entrada a la claridad, yo debía estar en los umbrales de la luz suprema porque no entendía un carajo.
— ¡Claro! –empezó Jorge.
— ¡Claro para ti! –intervine.
El gordo se rió con ganas. Y siguió
—Decir la verdad o no, es independiente del hecho de mentir. Te pongo un ejemplo:

Hace muchos años, cuando apareció en el mundo el Detector de Mentiras, todos los abogados y los estudiosos de la conducta humana estaban fascinados. El aparato está basado en una serie de sensores que detectan las variaciones fisiológicas de sudoración, contracturas musculares, variaciones de pulso, temblores y movimientos oculares que se producen en un individuo cualquiera cuando miente.
En aquel entonces las experiencias con La Máquina de la Verdad, como se la llegó a llamar, proliferaban por doquier. Un día, a un abogado se le ocurrió una exploración muy particular. Trasladó la máquina al hospital psiquiátrico de la ciudad y sentó en él a un internado: J. C. Jones. El señor Jones era un psicótico y como parte de su delirio aseguraba que él era Napoleón Bonaparte. Quizás por haber sido estudiante de historia, conocía a la perfección la vida de Napoleón y enunciaba con exactitud y en primera persona pequeños detalles de la vida del Gran Corso, en secuencia lógica y coherente.
A este señor J. C. Jones se lo sentó en el detector de mentiras y luego de una rutina de calibración, se le preguntó.
— ¿Usted es Napoleón Bonaparte?
El paciente pensó un instante y después contestó.
— ¡No!, ¿cómo se le ocurre? Yo soy J. C. Jones.
¡Todos sonrieron, salvo el operador del detector que informó que el señor Jones MINTIÓ!
La máquina demostró que cuando el paciente dijo la verdad (que era Jones) estaba mintiendo ¡Él creía que era Napoleón!
El asunto del que mentía cuando decía la verdad y su lógica contrapartida, esto es, la posibilidad de ser veraz diciendo falsedades, terminó de desacomodar algunas ideas que tenían un lugar en mi cabeza.

— Esto es terrible, Jorge –dije— La verdad se vuelve entonces un concepto absolutamente subjetivo y por ende, relativo.
—En todo caso, después de lo hablado, lo que se desacomoda es el concepto de mentir, no el concepto de la verdad. Lo verdadero podría permanecer absoluto, aunque admitiéramos que declarar como verdaderas algunas falsedades, no es mentir. No obstante, como nuestra idea de la verdad está íntimamente relacionada con nuestro sistema de creencias, caeremos siempre en tu conclusión, con la que además, coincido por esto y por otras razones: La verdad es relativa y subjetiva; y además, déjame agregar: cambiante y parcial.
— Es cierto –admití—, y nada cambia lo que te decía antes. Me molesta que me mientan. Dicho de otra manera, más allá de que sea cierto o no, me molesta que me digan algo sabiendo que no es verdad. Ni siquiera la “relativa”, “subjetiva” y “parcial” verdad de quien lo dice. Me revienta que me mientan. — Y ¿por qué piensas que te mienten?
— ¿Otra vez? –dije yo—. ¿Otra vez?
— Quiero preguntar por qué piensas que TE mienten a ti.
— ¿Cómo por qué? Es a mí a quien le dicen la mentira en cuestión –dije fastidiado.
— No te enojes, yo creo que cuando alguien miente, ¡MIENTE! Es decir no TE miente, ni ME miente. ¡MIENTE! En el mejor de los casos, se miente. — ¡No! — Sííí. ¿Por qué alguien miente, Demi? Piénsalo: ¿para qué?
— ¡Qué sé yo! Mil motivos...
— Dime uno, el de la cosa que te trajo mal a la consulta.
— Para ocultar algo que hizo mal. — Y eso ¿para qué? — Para que el otro no lo juzgue.
— Y ¿por qué no quiere que lo juzgue?
— Porque sabe que el otro lo condenaría.
— ¿Y por qué no quiere la condena del otro?
— Porque el otro le importa.
— ¿Y?
— Y... no quiere tener que pagar algún plato roto.
— Esto es: Para no hacerse responsable.
— Claro.
— Bien, digamos que este es el móvil del 99% de las mentiras.
— Supongo que sí.
— Bien, y ¿cómo sabe el mentiroso que resultaría responsable? ¿quién determinó su responsabilidad?
— ¡Nadie! ¡Bah! El mismo.
— Eso es. El mismo.
— ¿Y?
— ¿No te das cuenta? El mentiroso no es alguien que teme el resultado del juicio de otro; ni la condena en ese juicio. El mentiroso ya se juzgó y ya se condenó. ¿Entiendes? El asunto ya fue juzgado. El mentiroso se esconde de su propio juicio, de su propia condena y de su propia responsabilidad. Como te dije: el problema no es del otro, es del que miente. Yo estaba congelado. Todo esto era cierto, lo sabía de mi observación del afuera y de mi observación del adentro, yo mentía cuando ya me había juzgado y condenado.
—¡Pero es cierto que me miente!
— Tan cierto como era cierto cuando mi mamá decía de mi hermano Cacho: “¡No me come nada!”... Mi hermano no LE comía la carne ni LE tomaba la sopita de chuño, ni LE quería probar “el flancito que alimenta tanto...”
—No, no es lo mismo. Cuando alguien me miente, ME lo dice a mí.
— No, Demián, acepto que creas que tú eres el centro de TU mundo (de hecho lo eres), pero NO eres el centro de EL mundo. Él miente, no TE miente. Lo hace porque él decide hacerlo, porque le conviene o porque se le dio la gana. Ese es SU privilegio. Decir que TE miente, te lleva a crear un delirio autorreferencial donde algo que en realidad es un problema de él, te lo hace a ti. ¡No jodas!
— ¿Pero es un problema de él?
— Cuando la mentira es para evadir una responsabilidad, es el equivalente de un síntoma. ¿Cuántas veces hemos visto juntos que, en última instancia, la neurosis no es más que una manera de no ser adultos? ¿De escapar a la responsabilidad que implica crecer?
— No sé. Tengo que pensarlo. En la vida de todos los días, el mentiroso es el que se beneficia, no el que se jode.
— Aun cuando eso fuera cierto, la justicia no tiene nada que ver con la salud. Además, todo depende de lo que tú creas que es beneficiarse.
— Conseguir que las cosas sean de una determinada forma y no de otra menos deseada, es beneficiarse.
— Conseguir que las cosas sean de una determinada forma por una mentira es difícil. Creo que, cuanto mucho, una mentira puede conseguir que las cosas sucedan por un rato, de una manera más deseada por el que miente (aunque internamente él sepa que esta forma es falsa, ficticia, cartón pintado, apoyado en su mentira).
— No mentimos para eso, o no nos damos cuenta. Me parece que yo, en todo caso, cuando miento busco control sobre la situación.
— Es decir: Poder...
— Y, sí, de alguna manera Poder. Yo soy el que siempre supo la verdad. Yo te hice actuar. Yo te engañé. Yo te estafé. Yo te cagué... Un poder jodido, pero poder al fin. — ¿Te cuento un cuento? Hacía mucho que Jorge no me contaba un cuento. — ¡Dale!
— Bueno, casi un cuentito.
Era un barsucho de mala muerte, en uno de los barrios más turbios de la ciudad. El ambiente sórdido parecía extraído de una novela policial de la serie negra. Un pianista borracho y ojeroso golpeaba un blues aburrido, en un rincón que apenas se divisaba entre la poca luz y el humo de cigarrillos apestosos. De repente, la puerta se abrió de una patada. El pianista cesó de tocar y todas las miradas se dirigieron a la puerta. Era una especie de gigante lleno de músculos que se escapaban de su remera, con tatuajes en sus brazos de herrero. Una terrible cicatriz en la mejilla le daba aun más fiereza a su cara de expresión terrible. Con una voz que helaba la sangre, gritó: — ¿Quién es Peter? Un silencio denso y terrorífico se instaló en el bar. El gigante avanzó dos pasos y agarró una silla y la arrojó contra un espejo.
— ¿Quién es Peter? –volvió a preguntar.
De una mesa lateral, un pequeño hombrecito de anteojos corrió su silla, sin hacer ruido caminó hacia el gigantón; con voz
casi inaudible, susurró:
—Yo... yo soy Peter.
—Ah, tú eres Peter, yo soy Jack, ¡hijo de puta!
Con una sola mano lo levantó en el aire y lo arrojó contra un espejo. Lo levantó y le pegó dos cachetadas que parecía que le arrancarían la cabeza. Después le aplastó los anteojos. Le destrozó la ropa y por último, lo tiró al piso y le saltó sobre el estómago. Un pequeño hilo de sangre empezó a brotar de la comisura de la boca del hombrecito, que quedó tirado en el piso
semiinconsciente. El gigantón se acercó a la puerta de salida y antes de irse, dijo:
— ¡Nadie se burla de mí, nadie! –y se fue.
Apenas la puerta se cerró, dos o tres hombres se acercaron levantar a la víctima de la golpiza. Lo sentaron y le acercaron un whisky. El hombrecito se limpió la sangre de la boca y empezó a reírse. Primero suavemente y después, a carcajadas. La gente lo miró sorprendida. ¿Los golpes lo habían dejado loco? — Ustedes no entienden –dijo, y siguió riéndose— yo sí me burlé de ese idiota... Los otros no podían evitar la curiosidad y lo llenaron depreguntas: ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con una mina? ¿Por guita? ¿Qué le hiciste? ¿Lo mandaste preso? El hombrecito siguió riendo. —No, no. ¡Yo me burlé de ese estúpido ahora, delante de todos. Porque yo... ja, ja, ja... yo... ...¡Yo no soy Peter!

Me fui del consultorio riéndome a carcajadas. Tenía la imagen del maltrecho hombrecito creyendo que cagó al grandote. A medida que caminaba algunas cuadras, la risa se me fue pasando y me inundó una extraña sensación de autocompasión..

2
o4colorxl
  • ¿Bebiste mucho anoche?
  • Que va chiqui... un chupito cuando hicimos un brindis los colegas, el resto del tiempo 7-up
1
SasSeR_18
  • a ti no puedo mentirte Marge (nombre random)... andadios
C

Mientras te la chupan antes de follar: "Voy a echarte 3 polvos seguidos"

8
m0i

Sere un tipo raro, pero nunca me han hecho esas preguntas. ¿Cuando se supone que se suelen hacer?

¿Con 14 años?

S

Supongo que estará, pero :

"Si te lo tragas todo te crecen las tetas"

2
Holden-R

Mujer :-Claro que tiene sentido mi comportamiento, eres tú que no lo ves

H

#70

A las que pagas sólo te preguntan si te has lavado ya la polla.

#74

YO no discrimino, le hago las mismas gracias a padres que a solteros.

Además no sé qué tendra que ver tener pareja con irse de putas.

1
Dralions

#73 La gracia está bien cuando se lo dices a alguien que sabes que no está con nadie; siento decirte que m0i va a ser padre err... en semanas. El caso es hablar por hablar (y quedar mal) xd.

Edit: ¿discriminar? Si yo reniego de la gilipollez que has dicho xd.

L

#73 YO no discrimino, le hago las mismas gracias

Este... Sí, ya...

1
h1de

te quiero como amigo

hDs92

#76 esto no suele ser mentira xD

L

De hecho es una verdad muy dolorosa.

challenger

Esta es una prima mia...WAIT!

Eveyx

¿Qué mensaje? a mi no me llegó nada...

2
draculina

me deje el movil en el coche!!

1
Akiam

Por telefono:

-¿Me estás haciendo caso?

  • Sí, sí

Mientras tanto escuchas las teclas del mando de la Play y su pasividad absoluta a lo que le dices... ¬¬

3
L

Te amaré siempre.

Fake ever.

1
JameZ-
challenger

...Hasta que la muerte nos separe

2
Skorp1to

Es que ya no es lo mismo, no quiero hacerte daño.

zorra, al de 2 días con el compañero de gimnasio. Puta

K

- Me voy de marcha con mis amigos/as...¿te importa?

  • No, pásalo bien

Si es el hombre el que dice me voy con mis amigos, obviamente ese pásalo bien de la mujeres mentira.
Si es la mujer la que dice me voy con los amigos, la respuesta es totalmente sincera, nada como poder quedar solo en casa sin que te toquen las pelotas porque manchaste la alfombra y otras mil rayaduras y quedar con los amigos para hacer lo que realmente te gusta.

3
B

No pasa nada, seguiremos siendo amigos.

-_-

Elitest

Soy alérgico al latex.

2
travic

no, tus tetas estan bien, a mi me gustan....

solo la conozco de unos apuntes que me presto....

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