#12770 jajajajaja mira, voy a contar lo que pasó con mi ex porque me has recordado bastante al asunto.
Vivíamos juntos en Valencia después de pasar una temporada en Irlanda trabajando juntos. Digamos que yo la rescaté de un trabajo de mierda que tenía en una pizzería del levante alicantino.
Venir a Irlanda conmigo fue como una salvación para ella y eso hizo que la chavala se terminara de volcar conmigo.
Todo fue genial el primer año cuando fuimos a vivir a Valencia. Nos mudamos a un piso mejor, ella encontró trabajo de lo suyo, a mi me iba muy bien laboralmente hablando lo que se tradujo en que entre los dos teníamos ingresos de sobra para vivir de puta madre.
Al poco tiempo adoptamos a un perrito. Iba todo viento en popa. La verdad es que no me imaginaba un escenario mejor para nosotros por aquél entonces.
La cosa se empezó a torcer a raíz de que murió la abuela de mi ex. Tuvo que volverse a Alicante con su familia un par de semanas, los ánimos muy bajos.
Yo curraba de jefe de cocina, no tenía mucho tiempo libre y solía librar días distintos a ella pero nos apañábamos porque en su familia siempre han sido hosteleros y sabe de sobra lo que hay con estas cosas.
Empecé a notar como a raíz de lo de su abuela todo cambiaba. Ella estaba de mal humor mucho más a menudo, el sexo disminuyó y empeoró, empezó a descuidarse físicamente, iba al trabajo con cualquier cosa -en un curro donde la imagen es muy importante-, volvió a fumar porros después de varios años, también fumaba mucho más que de costumbre...
Al tiempo de estar así lo hablé con ella en plan pareja. Le recomendé ir a un psicólogo porque era obvio que la perdida del familiar le había afectado mucho. Esto se lo tomó fatal, como si yo estuviera dando por hecho que ella estaba medio chalada y necesitaba ayuda profesional y estaba siendo un gilipollas al dar eso a entender y brawbrawbraw... al mes de esta charla fue a ver a una psicóloga pero desde entonces todo se torció.
Al principio genial, parecía que la tipa esta estaba haciendo bien su trabajo y ella parecía mejorar. Pero al poco empezó el declive final.
La psicóloga le dijo algo así como que necesitaba tener a su familia cerca, que posiblemente estar en Valencia era un error en este momento de su vida, que su anhelo estaba en otro lugar ahora mismo y contra eso no podía hacer nada. En lugar de intentar que luchara contra sus fantasmas y superara su trauma, le recomendó directamente que diera marcha atrás y cogiera el camino fácil de refugiarse en las faldas de mamá. Para colmo, lo que la psicóloga no sabía, era que ella realmente había huido de su casa porque sus padres son unos alcohólicos drogadictos raveros de cuidado y estábamos intentando traernos a Valencia a su hermano pequeño de 15 años para que tuviera una vida mejor (habíamos alquilado el piso donde vivíamos con 3 dormitorios para que pudiera venirse relativamente pronto con nosotros). Todo lo que la psicóloga le dijo no hacía más que fortalecer la idea de que volver de la mierda de la que había escapado era lo mejor.
Después de mucho hablarlo con ella, de comerme un montón de mierda, de llantos, de improperios contra mi que siempre busqué lo mejor para ella... pensó que yo tenía razón después de que su mejor amiga le soltara lo mismo que yo llevaba meses intentando que entendiera. Parecer ser que escuchar a otra persona decirle lo mismo que su pareja le abrió algo los ojos.
Lejos de solucionarse el problema, empeoró. Su prima, una solterona inaguantable de 36 años con complejo de Britney Spears, vino de visita 1 semana y se quedó en nuestro piso. Esa semana se terminó convirtiendo en que lo había dejado con su pareja (un lituano de 2 metros portero de una discoteca enganchado a la farlopa) y se quedaba allí a vivir con nosotros porque ella, que entonces residía en Guipúzcoa, no tenía nada más allí (vivía del otro sin hacer nada).
Yo, viendo la situación, acepté que se quedara si pagaba su parte del alquiler con la promesa de que cuando encontrara trabajo y un poco de estabilidad, nos dejaría solos de nuevo. Esto fue un error pero en aquél momento, decirle a mi pareja que no podía quedarse su prima (que era como su hermana mayor) hubiera dinamitado todo. Además lo necesitaba, necesitaba tener a la familia cerca.
El primero día que se instaló en nuestra casa colgó un diploma de maestro de Reiki nivel nosequé... yo ya estaba viendo venir la ostia a kilómetros.
No tardó ni 1 mes en comerle la cabeza a su prima con ideas de que tenían que estar solteras las dos. Que yo era un machista, que la maltrataba psicológicamente, que juntas no necesitaban a nadie más, que si el horóscopo le había dicho que iban a haber cambios en su vida... mamarrachadas todo.
Encima volvió a ir a la psicóloga de turno y la tipa, cuando ella empezó a comentarle todo lo que su prima le decía -después de lavarle el cerebro- se quedó a cuadros y lógicamente le recomendó que lo dejara conmigo. A saber lo que le contaría a esa mujer de mi.
El tema es que yo terminé mandándolas a las dos a la mierda porque además, entre todo esto, ella me puso los cuernos. Ella nunca supo que yo lo sabía, me lo confesó el compañero de trabajo con el que pasó -en repetidas ocasiones-. El hecho de serme infiel debió levantar en ella una sensación de inseguridad dado que yo siempre fui el "guapo" de la pareja y debía pensar que si ella hacía eso, yo estaría haciendo lo mismo trabajando 10 horas de media al día... Así empezó a volverse hiper celosa con mis compañeras de trabajo, a controlarme mucho, a mirarme el móvil, a pedirme explicaciones por todo... yo estaba a punto de reventar ya. Pero la quería.
Una noche lo dejé con ella cuando volví de trabajar por lo que comento en #12762.
Se arrastró después de esto, cuando fue consciente. Intentó volver conmigo. Mando a su prima a la mierda cuando se dio cuenta de todo lo que había pasado. Mando a la psicóloga al carajo porque fue la que alimentó su espiral autodestructiva en un primer momento. Lloró, lloró y lloró. Pero yo ya me había ido. Además todo esto pasó en una etapa de mi vida bastante convulsa donde el trabajo casi me cuesta la salud y necesitaba un cambio de rumbo 180º.
Ahora se, a través de una amiga en común, que ella se ha juntado con un cocinero que aspira a ser tatuador, está enganchada al speed, volvió a fumar porros, trabaja de camarera en un bareto y van a tener un hijo. Espero que le vaya muy bien sobre todo porque el perro que adoptamos se lo quedó ella y si no he roto al 100% los lazos con esa relación es por si el animal necesitara algo en algún momento, pero la cosa pinta regular.
Me he desahogado un poco, perdón por el tocho.