Cuando te recomiendan paternalmente que deberías quitártelo para ser más libre, puede ser liberador querer llevarlo
Pero eso pierde sentido en el momento en que lo llevas porque tu familia, tu profeta o tu imán te dicen, casi de manera forzada, que deberías.
¿Por qué es paternalista solo el que quiere que sea libre y no los otros que la presionan para que no lo sea?
Es como si una mujer maltratada llama paternalista al vecino que le quiere ayudar porque no soporta ver su cara desfigurada por los golpes; pero como ella ha aceptado ser el saco de boxeo de su marido como normal, el malo es el vecino.