#183 Entonces que te gusten los toros te convierte automáticamente en un cateto, un salvaje y en alguien moralmente perturbado, ¿no? Lo de siempre. Ya les gustaría a todos los rastas estos que se untan de sangre y gritan polladas a las puertas de las plazas haber leído la mitad de lo que he leído yo. Y sin embargo ahí están, creyéndose superiores, dándome lecciones y abogando por prohibirme hacer lo que me apetezca. Todo en nombre de un bien superior; de una moral fruto del sentimentalismo, de la empatía desmedida, de eso que llaman feminizar la política, de la negación de Dios pero la aceptación de un vínculo naturo-magufo que une a todos los seres vivos.
Estoy muy harto. Día sí día también, chorradas aquí y allá. Intentas hablar de algo y sólo te llaman cosas. Normas estúpidas por todas partes, tanto legales como morales. No hay respeto, no hay decoro, no hay honor. En absolutamente nada. Podedumbre intelectual y mediocridad, encumbradas e idolatradas por las masas. A tomar por culo la cultura, a tomar por culo la ecología, aquí manda el postureo de Twitter, el argumento vacío y breve, que sólo busca el aplauso fácil antes de caer en el olvido más absoluto. Fast food para mentes débiles y manejables.
Y chico, son temerarias tantas cosas en esta vida... sufrir un accidente haciendo alguna de ellas no hace más merecedor de la muerte. Cruzar el mediterráneo en cayuco también es arriesgado, ¿te la pela igualmente que se ahoguen 20 personas en el intento? Menudo argumento.
Pero en fin. Que a mi me gustan los toros. Son la fiesta nacional. Forman parte de nuestra historia, tradición y cultura. Como he dicho mil veces, el objetivo último no es torturar a un animal, y los que van a ver una corrida no encuentran el interés en la sangre propiamente dicha, sino en la habilidad del torero, en su gallardía, la destreza de los jinetes, el protocolo, la potencia del duelo entre un morlaco de media tonelada y un hombre con un capote. La música, el ambiente... aiss. La multitud de referencias a la lidia en la literatura, en la pintura, en la música. Es algo muy nuestro. Aunque claro, si este país se insulta a Cristóbal Colón, qué te puedes esperar.
Larga vida a la tauromaquia. Aunque a muchos les pese. Y que descanse en paz Iván Fandiño, fuerza a su familia y amigos.