Me gustaría tratar un tema de actualidad que, desgraciadamente, pocas veces se ve bien desmenuzado y tratando todas las partes que lo componen: el islam, su radicalización, y cuánto tiene esto que ver con los refugiados.
Lo que es habitual ver en estos casos, es una opinión muy polarizada hacia un "lado" o hacia el otro. En el caso de los conservadores (bonito eufemismo de racistas de mierda, vaya), aprovechan cualquier problemática con el islam para atacar a todos y cada uno de los musulmanes, y hasta a la población árabe per se, cayendo en esa típica muestra de ignorancia de quienes no saben identificar las diferentes corrientes religiosas de este amplio colectivo.
Los progresistas, por norma general, quitan hierro a cada caso de radicalización y generalizan a la inversa de los conservadores, suponiendo que el islam es una religión pacífica y que es extremadamente raro que suceda algo. Por otra parte, no se dan cuenta del contraste cultural y cómo es imposible casar políticas feministas con la cultura altamente machista del islam.
Ni tan negro ni tan blanco. Ni tan malos ni tan buenos. El caso es mucho más complejo que el de estas superficiales visiones que tanto vemos.
Si bien me permitiré hacer mención a que parte del problema va implícito en el concepto mismo de religión, y el dogmatismo consecuente de ello, creo que hay que centrarse en algo más importante y urgente, lo que constituye el verdadero problema, y con él, casos como el que vivimos recientemente en España: visión radical del islam sunní, su vertiente wahabista.
Muchos seguro que ya estaréis familiarizados con ese concepto, el wahabismo. Y también sabréis que el país que más lo promueve desde hace décadas, es Arabia Saudí, país supuestamente "occidentalizado" y "amiguito" del nuestro. ¿Cuántas veces hemos visto, sino, a nuestro campechano rey reunirse con esta gente? Montones de veces, vaya.
La movida es que la cultura y percepción del Islam en Arabia Saudí, no es tan diferente como lo es en el Estado Islámico. De hecho son prácticamente iguales, pues se fundamentan en la misma cosmovisión religiosa. Hablamos de sitios donde se lapida a las mujeres por una mera e infundada sospecha de adulterio, y donde los actos homosexuales se pagan con la muerte.
Esta serie de durísimas y deshumanizadas leyes, forman parte de la Sharia. Ésta a su vez tiene varias formas de llevarse a cabo, pero sólo los wahabistas la toman realmente en serio y la aplican con rigor, conformando estas sociedades altamente atrasadas en el tiempo.
Por suerte, esta visión tan fuerte y radicalizada del islam, es sólo defendida por unos pocos. Pero tampoco son "tan pocos". La radicalización de esta religión es considerada habitualmente como un serio problema al que nos enfrentamos este siglo, ya que nos guste o no, está en auge, pero no debe esto servir de excusa para dar rienda suelta al racismo, xenofobia e islamofobia. Rotundo no.
A la hora de "juzgar" a una persona creyente en el Islam, debemos tener en cuenta varias cosas:
- ¿Es chií o sunní?:
En el primer caso, no hay de qué preocuparse, ya que los chiíes parten de la interpretación más pacífica del Islam.
- Si es sunni, ¿defiende la Sharia?
Los sunníes son mayoría dentro del islam, pero eso no significa que todos sean unos terroristas ponebombas comeniños. Para nada. De hecho, si preguntamos a algún musulman sunní que viva en nuestro país, seguramente éste no defenderá la Sharia si se lo preguntáis. Ojo, muchas veces no lo dicen abiertamente, pero sí es cierto que por lo general, no se apoya la aplicación de la ley islámica por parte de los sunníes.
- ¿Y si defiende la Sharia?
Aquí podemos entrar en problemas, pero más que nada en el plano ético. Pese a que hay una parte importante (que no mayoritaria) de musulmanes sunníes integrados en nuestra sociedad, que creen que la Sharia es "lo más correcto", a pocos realmente les llega a importar demasiado o aplican sus leyes más allá de sus casas. Pero en estos casos generalmente se ve un fuerte machismo en la familia, y una negación total y absoluta hacia las conductas homosexuales. Desde luego, es algo digno de tratar y de acabar con ello, y esta gente está a un paso de llevar sus acciones más allá, aunque afortunadamente esto es excepcionalmente raro.
Nos guste o no, este proceso de radicalización está en auge, cada vez hay más sunníes radicalizados apoyando la Sharia, y es lógico el hecho de que esto constituye un problema. ¿Pero es esto acaso una excusa para echar a todo musulmán que vemos, o de suponer que cualquier persona de procedencia árabe ataca la mentalidad progresista de nuestra sociedad? No, no y no.
En primer lugar, los refugiados. ¿De verdad alguien cree que ellos son el problema? Precisamente, ellos son los que huyen de ese infierno, de esos países donde el fundamentalismo islámico hace que sus vidas pendan de un hilo. De hecho, podríamos decir con bastante seguridad, que los refugiados son el colectivo del que menos nos tenemos que preocupar; tenemos otros muchos colectivos dentro de España (los nazis son uno de ellos, vaya) más peligrosos.
Lo que se tiene que hacer, es facilitar a esta gente integrarse con nosotros, y por supuesto, observar bien cuáles son sus afinidades ideológicas. Por mi parte, no sé por la vuestra, a mí los religiosos no me hacen ninguna gracia, pero respeto su creencia siempre y cuando puedan ellos adaptarse a mí y la sociedad que los contiene. ¿Que crees en Alá y no tienes problema en ser consecuente con la ética progresista occidental, buscando la igualdad entre todos nosotros y el respeto mutuo? ¡Sin problema! Por supuesto mi respuesta no será esa si el individuo dice apoyar la Sharia.
Creo que es deber de todos, el tratar que se sientan bien aquí. Que aquellos a los que les haga falta, encuentren razones para revisarse y así poder adaptarse. Que no tengan que encerrarse en ghettos porque no los aceptan fuera (recordemos que esto sólo empeora las cosas). Que se den cuenta de que no generalizamos y no metemos a todos en el mismo saco sólo por su color de piel, sus creencias, o su país de procedencia.
Tras este tocho, si has llegado aquí, te pido que seas más comprensivo con aquellos musulmanes que son buenas personas, y más duro con aquellos que muestran conductas cuasi-medievales.
... y lo mismo con todo el resto. Porque gente sin empatía, potenciales asesinos y personas moralmente despreciables, hay en todos lados, de todos los colores, y de todas las creencias