Cuando alguien está provocando la desesperación a otro y hay árbitros de por medio, la responsabilidad del acto de desesperación no deberia de recaer sobre el desesperado, y sin embargo se hace.
Porque la gente es ignorante. Los ignorantes creen que saben de lo que no saben. Y el concepto de la desesperacion es sencillo de plantear, pero practicamente imposible de asimilar si tú mismo no lo has experimentado.
Cuestiones tan fundamentales se abordan con superficialidad, mientras nos inundan con campañas, asociaciones y grados anti-machismo y pro-integracion social como si fueran los únicos problemas nominalmente relevantes de nuestra sociedad (obviando el desempleo).
Pero esa no es la enfermedad, sino sintomas.
La enfermedad de la sociedad occidental es que está culturalmente caduca y ya no sabe a donde ir.
No sabe plantear soluciones eficaces porque no sabe plantear bien sus problemas. Es como tratar de curar resfriados con tiritas y hemorragias con aspirinas.
Estamos ante el fin de la hegemonia de occidente, nosotros mismos lo veremos cuando seamos viejos. La geodeslocalizacion, mala gestion de recursos públicos de un estado cada vez más gigantesco, y la dinamitación de la figura tradicional de la familia como culmen vital nos ha dado la puntilla antes de tiempo.