No a la inversión del Estado de 159.194.593,44 € a la Iglesia en 2012
Consultando el B.O.E. (Boletín Oficial del Estado) número 315, con fecha Sábado, 31 de diciembre de 2011, en su página 146615 (http://www.boe.es/boe/dias/2011/12/31/pdfs/BOE-A-2011-20638.pdf) Que llega a decir esto: Durante el año 2012 el Estado entregará, mensualmente, a la Iglesia Católica
13.266.216,12 euros, a cuenta de la cantidad que deba asignar a la Iglesia por aplicación
de lo dispuesto en los apartados Uno y Dos de la disposición adicional decimoctava de la
Ley 42/2006, de 28 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para el
año 2007.
Antes del 30 de noviembre de 2013, se efectuará una liquidación provisional de la
asignación correspondiente a 2012, practicándose la liquidación definitiva antes del 30 de
abril de 2013. En ambas liquidaciones, una vez efectuadas, se procederá por las dos
partes a regularizar, en un sentido o en otro, el saldo existente. podemos comprobar como el Estado entregará mensualmente a la Iglesia Católica la cantidad de 13.266.216,12 euros, el equivalente a 26.487.751.624 de las antiguas pesetas.
La Iglesia Católica, única institución que se queda fuera de las duras medidas de ajuste del Gobierno del PP. Recibirán los millones de euros que suman todas las subvenciones y asignaciones de dinero de las arcas del Estado que recibe y se librará de la subida del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) que no tiene que pagar.
Consecuencias de tener media docena de ministros del Opus Dei o Legionarios de Cristo: La Iglesia Católica se ha quedado fuera de las duras medidas de ajuste anunciadas por el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy para combatir el déficit público y recibirá hasta finales 2013 sus habituales 5.000 millones aproximados de euros que suman todas las subvenciones y asignaciones de dinero de las arcas del Estado que recibe.
Al igual que ocurría en la España nacional católica de Franco, a la institución se le dota de un “aguinaldo” extra de 13 millones de euros mensuales durante los dos próximos años (página 42 del archivo del BOE).
Además, la Iglesia Católica también se librará de la subida del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) anunciada por el Ejecutivo del PP, ya que su patrimonio no está sujeto a este gravamen. La Ley de las Haciendas Locales estipula que la Iglesia está exenta de pagar el IBI en virtud de los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede de 1979.
Mientras tanto, nuestros jóvenes científicos tienen que emigrar porque si hasta ahora morían de hambre con sus contratos de becarios, a partir de ahora que el gobierno que prometió no recortar ni subir impuestos ha recortado el gasto en I+D…
LA EXCUSA DE SU LABOR SOCIAL: UN NEGOCIO PARA LA IGLESIA QUE PAGAMOS TODOS
Para justificar la inyección de dinero de todos en las arcas de una confesión religiosa determinada, el nacional catolicismo se escuda en su labor social… pagada con nuestro dinero o de la que se aprovechan para hacer negocio:
-Los hospitales y colegios PRIVADOS de la Iglesia no ahorran dinero al Estado. Son el negocio del siglo. Se supone que les tenemos que dar las gracias por hacerlos ricos cuando las administraciones autonómicas desvían pacientes a los hospitales privados y les pagan la factura o alumnos a los colegios concertados. Cada día de convalecencia en una habitación de un hospital gestionado por la Iglesia nos cuesta una fortuna, igual que cada silla ocupada por alumnos de colegios concertados.
Los orfanatos tendrían que dejar de ser propiedad de la iglesia -pagados con fondos públicos en su mantenimiento- y que pasen a ser gestionados por el estado: además de evitar que los niños sufran abusos físicos y se les adoctrine desde pequeños por obligación en un determinado credo religioso, los trabajadores de los orfanatos -se crea empleo- tendrían la formación que se necesita -profesional y académica, no en supercherías religiosas y hechizos en forma de oración- para educar a esos niños: es lamentable que quienes los estén criando no sepan ninguno de ellos (en teoría) siquiera lo que es tener un hijo.
Los albergues de caridad y cocinas económicas deberían ser sustituidos por un sistema que emplee ese dinero malgastado en perpetuar la situación de esas personas y su necesidad de caridad en otro que procure y se ocupe de que las personas que acuden a él no sufran esa dependencia y puedan valerse de nuevo por sí mismos en la sociedad y encontrar un empleo. Eso se consigue sustituyendo curas y monjas por trabajadores sociales cualificados, que por desgracia, hay bastantes en paro. Y no niegan dicha caridad a quienes les apetece, como sí hace Caritas y la Iglesia católica.