La Policía noruega asegura el área cercana al tiroteo.JAVAD PARSA (AFP)
El Orgullo de Oslo ha sido suspendido después de que dos personas murieran en un tiroteo en el centro de la ciudad en la madrugada del sábado. Otras 21 personas resultaron heridas. Tres de ellas se encuentran en estado crítico. El ataque, obra de un hombre que se hallaba bajo el radar de la Policía por su radicalismo islámico, tuvo lugar en al menos tres escenarios contiguos: el pequeño restaurante Per på Hjørnet, el club de jazz Herr Nilsen, y el bar-discoteca London Pub, toda una institución gay en la ciudad desde su apertura en 1979.
En un comunicado de prensa, los organizadores del Orgullo, previsto para este fin de semana, han informado de que las autoridades han recomendado cancelar todos los eventos. "Pedimos a todos los que hayan planeado participar o ver el desfile que no se presenten", reza la nota.
El PST, el servicio de inteligencia de la Policía, considera que el tiroteo ha sido un atentado islamista y ha elevado el nivel de amenaza terrorista en Noruega de 3, es decir, moderado, a 5, extraordinario, por lo que las fuerzas del orden portarán armas de fuego en todo el territorio nacional, algo que normalmente no hacen, durante un periodo de tiempo indefinido.
Fachada del London Pub de Oslo. Escenario del ataque. Google Maps
Poco antes de las dos de la madrugada, la Policía informó de que una persona había sido detenida en las cercanías del atentado. Según Tore Barstad, jefe de operaciones de la policía de Oslo, sólo habría un autor. El presunto responsable es Zaniar Matapour, un ciudadano noruego de 42 años procedente del Kurdistán iraní, con numerosos antecedentes policiales y un largo historial de problemas psíquicos. Está acusado de asesinato, intento de asesinato y terrorismo.
Un testigo declaró a la cadena pública NRK que le vio llegar al lugar de los hechos con una bolsa. Luego sacó un arma automática y empezó a disparar. Barstad reveló que varios civiles ayudaron a detenerlo. Ya en 2019, Matapour fue arrestado por intento de asesinato y por llevar armas en público. Sin embargo, se le puso en libertad por falta de pruebas.
Roger Berg, jefe en funciones del PST, admitió ante los medios que el atacante había sido objeto de varias investigaciones: "Tiene condenas por posesión de cocaína, violencia y amenazas. La primera vez que se le detuvo fue en 1999 por su implicación en un apuñalamiento en una discoteca. Además, le hemos vigilado desde 2015 porque teníamos indicios de que se estaba radicalizando y de que formaba parte de una red islamista extremista. Nuestros agentes se entrevistaron con él en mayo porque había mostrado simpatía por el Estado Islámico, pero tras estas conversaciones no se valoró que tuviera intenciones de perpetrar actos de violencia".
En una conferencia de prensa celebrada en la tarde del sábado, el primer ministro noruego, el laborista Jonas Gahr Støre, pidió que no se culpabilice a toda la comunidad musulmana. "No sabemos qué llevó al autor a disparar contra personas inocentes, aunque sí que pertenecía a un entorno islamista", declaró. "Es responsabilidad común recordar que los musulmanes no son los responsables del ataque, sino sólo quienes están detrás de él. El tiroteo nos ha afectado a todos, pero permaneceremos unidos luchando por el derecho a amar a quien se quiera".
Generalmente pacífica, Noruega vivió una jornada negra el 22 de julio de 2011 cuando el extremista de derecha Anders Behring Breivik mató a 77 personas en un atentado bomba contra la sede del gobierno en Oslo y un tiroteo contra una reunión de jóvenes del partido laborista en la isla de Utoya.