-¿Cree oportuna una reforma de la ley del aborto?
Yo estoy a favor de la vida siempre. El aborto siempre es un fracaso y la mujer que llega a esta situación siempre lo experimenta así. Pero yo nunca condenaré a una mujer o a una pareja que lo decida. Estar embarazada es una cuestión de dos. Habrá casos en que lo decida la mujer sola y otros muchos en que sea la pareja. Tenemos que ser respetuosos y que la mujer no sea la única que cargue con toda la responsabilidad. Habrá que buscar facilidades para las personas que quieran tener un hijo. Pero quienes tomen libremente la decisión tienen que ser las personas. La Iglesia no puede meterse ahí. Ni siquiera Dios, que por algo nos hizo libres. La Iglesia no tiene nunca que imponer su ética de máximos a la sociedad. Tiene que haber una ética de mínimos común a todos los ciudadanos.
La Iglesia podrá marcar pautas a quienes libremente han asumido abrazar la fe dentro de esta comunidad, pero no tiene derecho a presionar ni a obligar a nadie a que se tomen medidas en función de unos valores religiosos. Hay que separar la religión de la política, acompañar a la gente, formar las conciencias y volver al Evangelio, donde hay muy pocas cosas mandadas y prohibidas.
Creo que es la primera vez que estoy totalmente de acuerdo con un representante de la iglesia. A ver cuanto tardan en echarla.