Nueva Zelanda prohíbe el tabaco

#121 En Barcelona pasará antes.

#114 En españa no se ha prohibido fumar, perdon por el spoiler. Lo de que no nos maten pasivamente a los fumadores con la ley antitabaco yo tambien lo vi bien, prohibir fumar a cada fumador en la calle o en su casa, no.

Y ya se ha visto muchisimas veces que prohibir el uso de sustancias como drogas o alcohol lo unico que crea es mayor delincuencia supeditada al mercado negro que generan cuando las prohibes.

Por eso todo el mundo esta legalizando las drogas poco a poco.

#119 Ni siquiera voy a entrar en sí son ciertas o no esas estadísticas, no creo que tengan mucho recorrido. Ha sido una afirmación emocional, y te la compro y me retracto (supongo que me he basado en el círculo de gente en el que me muevo). Enhorabuena, los prohibicionistas lo habéis conseguido, la gente está dejando de fumar. Pero tened una cosa clara, la gente lo está dejando por miedo, no por conciencia, y eso para mí no puede ser considerado como una victoria. ¿Cómo puede ser que en la época donde tenemos más información disponible sobre los efectos positivos de la droga y los negativos estemos fumando probablemente el peor tabaco de la historia, y adultos, me refiero a adultos que toman sus propias decisiones cada día tengan literalmente miedo al tabaco?

Bueno, y no solo al tabaco, a la droga en general. La gente tiene miedo a la droga porque nos han hecho creer que son entes demoníacos que acaban con la vida de las personas. Yo tengo asumido que voy a ser adicto al tabaco lo que me queda de vida, en primer lugar porque me permite trabajar durante catorce horas al día en mis mejores momentos. Muchas cosas tienen que cambiar en mi vida para que lo deje. Es un precio que estoy dispuesto a pagar, tanto el económico como el físico, y entiendo que alguna gente no quiera asumirlo, porque la gente no quiere tener la vida que tengo yo, porque la gente es distinta a mí, yo qué sé. Lo que se me escapa por completo es la aversión que muchos usuarios tienen hacia la droga y han internalizado como una actitud moralmente superior a la de la persona que sí las tolera y sabe convivir con ellas, por los motivos que sean, cuando la droga ha estado presente durante toda la historia de la humanidad y por mucha prohibición no va a desaparecer. Yo puedo pensar que una persona que reniega de las drogas como si fueran el demonio nunca tendrá acceso a partes inimaginables de su conciencia, y que es una pena porque se lo va a perder, pero joder, no le voy a poner una pistola en la sien para que fume y se meta alguna que otra cosa más gorda como yo. Todo esto se resume en la forma de verse a uno mismo y al mundo. Tú lo ves de una forma, yo lo veo de otra. ¿Por qué no podemos coexistir? ¿Por qué tenéis que prohibir, y encima con la gilipollez esa de que es por nuestro bien?

Supongo que campañas como estas han hecho su trabajo.

El genio lo explica mejor que nadie:
En efecto, los reglamentos no mandan que las tiendas de alpinismo estampen en sus artículos esquelas sobre peligros de la escalada; ni imponen a la manteca y la mantequilla esquelas parejas sobre los riesgos del colesterol. Ni siquiera los concesionarios de motos y coches deportivos deben incorporar algo análogo sobre accidentes de tráfico. Vendedores y bebedores de alcohol, quizá por respeto al vino de la misa, no son molestados. Quienes usan compulsivamente pastillas de botica resultan pacientes decorosos, y quienes toman drogas ilícitas son inocentes víctimas, redimibles con tratamiento. El tabacómano y el simple usuario ocasional de tabaco, en cambio, son una especie de leprosos desobedientes, que pueden curarse con sanciones y publicidad truculenta.

Me sigo preguntando que pasaría si los gobiernos de turno empezaran a meter mano y a pontificar sobre un montón de hábitos que consideráis inocuos y en los que encontráis esparcimiento de la conciencia y placer, colocando por ejemplo en las carátulas de esos videojuegos por los que pagáis gustosamente buenas cantidades de dinero, una advertencia sanitaria que dijera que pasarse horas y horas frente a una pantalla promueve la pasividad y no es bueno ni para la salud mental ni para la salud física, y como imagen utilizaran al típico obeso mórbido que se pasa todo el día en el ordenador, una especie de Pink shaco con la iluminación adecuada para que parezca que está destrozado por su terrible adicción a jugar shaco top.

¿No pensaríais que es desproporcionada y que no se ajusta a la realidad? ¿Lo celebraríais igual por toda esa gente que se mete a jugar a videojuegos para escapar de la realidad, y en definitiva, matarse, que es lo que hace el tabaco y la droga consumidas sin conciencia y en cantidades industriales?

Se me ocurre otro ejemplo mejor. ¿Qué tal si gravamos con un impuesto punitivo y meramente recaudatorio de, no sé, el 600% cada compra compulsiva que hagamos? De esa forma podríamos hacer ver a un montón de ciudadanos que el consumismo desacerbado (el modo de vida que llevan muchas personas hoy en día) no lleva a ninguna clase de felicidad. ¿La gente dejaría de comprar de forma compulsiva cosas que no necesita para llenar el vacío de sus vidas? Por supuesto que no, la gente seguiría comprando, muchas veces por encima de sus posibilidades, pero dicho impuesto establecería bandos entre los que compran y los que no, y donde antes no había discordia ahora sí que la habría, que es lo que acaban creando las leyes prohibicionistas.

Solo intento haceros ver lo dogmáticos que sois en este asunto. Como me dijo un buen amigo, dejaremos de fumar cuando seamos sabios, porque podremos escoger. Pero no somos sabios, y no queremos escoger, porque tenemos miedo. De modo que queremos que escojan por nosotros. Nuestra solución ha sido excluir la droga de nuestro mundo, y vuestras reacciones viscerales y aplausos fascistas a la prohibición no hacen más que reafirmar mi tesis de que deseáis que desaparezca porque en el fondo la teméis. Supongo que os imagináis que en un mundo sin droga la gente por fin dejará de buscar coartadas para justificar sus miserables vidas y podréis (por fin) dejar de pensar en el bien del prójimo para centraros en vuestras apasionantes vidas.

Siento deciros que tengo malas noticias.